En el mundo de los autos encontrarás muchos contrastes. Sin embargo, es indispensable diferenciar entre quienes les gustan los autos por el poder y la jerarquía que estos les dan, de quienes son realmente apasionados del mundo motor.
No quiere decir que unos estén bien o mal. La cuestión es que los dos tipos de personas navegarán con la misma bandera: «aman los autos».
Pero las intenciones detrás de su «amor» son muy diferentes…

Vivimos en una sociedad cuyos ideales de éxito están relacionados con el dinero, los autos caros y los bienes materiales.
Una gran mayoría se deja ir por estos imaginarios de la sociedad y aman los autos por lo que estos representan en su círculo social. En otras palabras, usan los autos para demostrar que son exitosos.
Para otros, el fin no es el auto en sí mismo: el auto es el medio para sentir libertad, emoción, diversión y adrenalina.
Valoran los autos por la capacidad que estos tienen para hacerlos sentir niños, jugar con ellos, divertirse, sorprenderse y disfrutar la vida.
¿Cómo diferenciar a uno del otro? Te lo compartimos.

1. El amor es incondicional… incluyendo el de los autos.
Si usamos el término «amor» en los autos, hablamos de que no se discriminará a un auto por ser nuevo o viejo.
Un verdadero apasionado de los autos seguirá suspirando por autos de la década de los sesenta y setenta, de la misma manera que un auto moderno.
Incluso, es probable que sueñe con comprarse un auto antiguo sólo para restaurarlo. A su vez, reconocerá y valorará un auto por su motor, aunque su apariencia esté deteriorada.
En pocas palabras: su amor no está condicionado por el valor monetario del vehículo, sino por lo que fue en su momento.

2. No necesariamente conducen autos de lujo.
Aunque tengan el dinero para tenerlos, y seguramente quien pueda comprarse un Porsche lo hará, no significa que no aprecien ni quieran coleccionar autos no premium. ¡Todo lo contrario!
Un ejemplo de ello es el cantante de Jamiroquai, Jay Ray, quien es un reconocido petrolhead.
Hace unas semanas, subastó parte de su colección, la cual incluía autos raros y exóticos que tenían un valor especial para él, a pesar de su poca popularidad.

3. El auto de los sueños no se reduce a tener un Tesla.
Actualmente, muchos aficionados y figuras del entretenimiento presumen tener un Tesla.
No podemos negar el valor de la marca, finalmente representa un hito tanto en la electrificación del mercado, como en el desarrollo tecnológico de la industria.
Sin embargo, es muy fácil caer en las redes de anhelar tener un Tesla por el prestigio que éste confiere, y no por las capacidades intrínsecas del automóvil.

4. Más libros, menos redes sociales
A un verdadero apasionado de los coches le gustará investigar y entender un automóvil desde la parte mecánica, su corazón.
También le gustará saber la historia y el desarrollo de un modelo en particular. Incluso, lo comparará con sus antecesores. Aunque, para ser honestos, su dictamen será en gran parte emocional.
En cambio, una persona que está más al pendiente del status del auto, quizá sí conozca algunos datos técnicos, como el motor y la potencia del último modelo, pero probablemente desconoce a detalle las generaciones anteriores.
A su vez, está más al pendiente con respecto a quién conduce qué auto, cuánto cuesta y le presumirá a todo el mundo, incluyendo en redes sociales, su nueva compra.

5. Actividades de aventura, tuning y velocidad
Mientras que a la persona que le gusta presumir de los autos publicará de su experiencia en la Fórmula 1, un apasionado le gustará presumir su experiencia todoterreno en el bosque.
Es probable que le guste participar en actividades en pista para poder correr y probar diferentes autos. ¡Y ni hablar de tunearlos y meterles mano para aumentar su potencia!
Además, le encantará ver videos de qué aditamentos se necesitan para aumentar la potencia de un vehículo, sin importar cuál sea.
Y tú, ¿a cuál de los dos perteneces?