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¿Necesitas cambiar de auto, pero estás encariñado con tu coche actual?

Gran dilema, quieres cambiar de auto, pero cuando llega el momento de despedirte, no lo quieres dejar ir. Incluso, quizá ni siquiera te has percatado que la razón por la que tu auto no se vende es porque en el fondo, ¡eres tú quien lo está saboteando!

Si estuvieras consciente de ello, probablemente sería otra historia. Pero, generalmente, es tu inconsciente y tu blando corazón el que te juega malas pasadas.

También puede ser que estés plenamente consciente de que amas a tu auto y, que a pesar de que te deja tirado y las refacciones te están saliendo muy caras, estás postergando lo inevitable: dejarlo ir.

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¿Cómo saber que te estás autosaboteando?

 

– «Mañana publico el anuncio» y ese día nunca llega.

– El precio que esperas por tu auto es demasiado alto.

– Sospechas de todos los interesados por tu auto: sientes que te quieren ver la cara.

– Cuando le inviertes en refacciones o en su apariencia para que se venda ¡revive tu amor por él!

– Siempre te quejabas de él y cuando por fin es momento de despedirte, no concretas la venta.

– Les pones muchos «peros» a los autos prospecto. «Está muy caro para lo que es», «cuando lo conocí no me gustó» o «el dueño no me dio confianza».

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¿Dejarlo o no dejarlo ir?

 

Depende. Si tienes el dinero para comprarte un nuevo auto sin necesidad de venderlo, puedes delegarlo como auto de emergencia. Aunque seamos honestos: sabemos que en la mayoría de los casos no es así.

Si corres el riesgo de que te deje tirado, no circula los días que tú necesitas, ya no se adecua a tus necesidades, por ejemplo, es muy grande o muy chico, le falta o le sobra espacio, te aconsejamos que mejor compres un libro budista para aprender del desapego.

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Por otro lado, si en realidad amas el auto como tu vida y simplemente no deseas dejarlo ir porque verdaderamente te hace feliz, hay una solución: tendrás que invertir en su mantenimiento cueste lo que cueste, incluso cuando se trate de cambiar el motor.

Lo que sí te aconsejamos es que te evites el doloroso proceso de jugar a venderlo, cuando en el fondo sabes que no lo harás.

Y si ya estás decidido a venderlo, pero no sabes cómo superar tu duelo, te aconsejamos que leas la siguiente nota.

Continúa con:

¿Por qué duele despedirnos de nuestro auto al venderlo?

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