Seamos honestos, el lugar donde las mamás sacan todo lo que traen en su interior es en el auto.
¡No lo decimos a mal! Al contrario, su naturaleza protectora solo busca lo mejor para su familia.
Sin embargo, no podemos dejar de reconocer que por momentos sus actitudes pueden ser un tanto exageradas.
Con todo el inmenso amor que les tenemos, a continuación te compartimos cinco cosas que las mamás hacen cuando están en el auto.
Y no te preocupes, para que veas que no es cuestión de género, para el día de los padres seguro haremos una lista.
1. Se exaltan cuando se acerca un auto a un kilómetro de distancia.
Si la mamá viene de copiloto no nos dejarás mentir: te dicen cuidado cuando tomas una entrada o una salida con un auto que ni de chiste está cerca.
2. Son el Waze humanizado: te avisan hasta cuando la mosca va a pasar el semáforo.
La frase de las mamás es «más vale alerto a mi hijo antes de que haga una tontería».
Porque sí, desgraciadamente ellas siempre creerán que sus hijos son unos inútiles (¡no te creas!).
A lo que nos referimos es que no importa si su hijo tiene 50 años y lleva 38 años manejando.
Su mamá seguirá creyendo de que es posible de que su hijo no haya visto al peatón vestido de una blusa anaranjada fosforescente y cabello azul, ¡incluso a 10 km/h en zona escolar!
3. Si ella va manejando echa el cuerpo hacia adelante para estar más atenta.
Cuando ellas manejan, consideran que el despegarse del respaldo y recargarse encima del volante con una visible tensión en los brazos les ayudará a ser mejores conductoras.
4. Hacen que detengas el auto incluso cuando no está permitido con tal de saludar a la vecina.
Si por alguna razón ve a una vecina y tiene algo pendiente que comentar, incluso cuando el único motivo sea saludarla y preguntarle como está, no le importará parar el tráfico.
Y si alguien se atreve a tocar el claxon gritará enojada «¡pásale, pásale, mucha prisa!».
5. Inicia peleas por ti.
Si un auto se te cierra, no será necesario de que tú le eches brava. Tu mamá saldrá al rescate y comenzará a regañarlo.
Incluso serás tú quien le aconsejarás, «ya déjalo mamá».
¡Ahh! Pero si es al revés y eres tú el que inicia la pelea, entonces ella se enojará más, ¡pero contigo! Serás tú quien reciba el regaño por andarte peleando en la calle.
Por supuesto que esto no aplica para todas las mamás. Hay algunas que son sorprendentemente contrarias a todo lo anterior.
Y tú, ¿qué experiencia has tenido?