No hay cosas buenas ni malas: los adjetivos se los ponemos nosotros. Incluso la situación más adversa puede conllevar a los aprendizajes más profundos en la vida. Todo depende, por supuesto, de la resiliencia y la inteligencia emocional de la persona.
El problema reside en que la gran mayoría de las personas desconocen las herramientas internas con las que cuentan para resolver los problemas que se nos presentan cotidianamente.
¿Problemas con la familia, en el trabajo, con los hijos o la pareja? No hay mejor antídoto para aclarar los propios pensamientos y sentimientos que el silencio… y hablar solo.
Y, aunque no lo creas, puedes hacer uso de estos dos grandes aliados cuando estás atorado en el tránsito.

Silencio
El silencio tiene grandes beneficios para la salud física. Reduce la presión arterial, disminuye los niveles de cortisol, regula las hormonas y fortalece el sistema inmunológico.
Además, según un estudio del 2013, dos horas de silencio podrían crear nuevas células en la región del hipocampo, relacionada con el aprendizaje, el recuerdo y las emociones.
Si bien el tránsito pesado y las grandes ciudades se distinguen por el impacto dañino de la contaminación acústica, hay algunas cosas que puedes hacer para beneficiarte de un momento de calma.
La próxima vez que compres un vehículo, considera la insonorización de la cabina. En caso de no ser posible, elige música de meditación para propiciar la calma.
La reducción de estímulos externos ayuda a la reflexión, la autoconciencia y la creatividad, tres aspectos que participan en la resolución de problemas.
Cuando estés en el auto y desees un momento de calma y claridad, evita escuchar música que no sea de meditación, así como evita escuchar la radio. Especialmente, con constantes bombardeos publicitarios.
Sube el vidrio para evitar que ingrese más ruido del exterior. Si tienes un problema en específico, aprovecha ese espacio y tiempo para hablar solo.

Hablar solo
Según un estudio de Gary Lupyan, profesor asociado de psicología de la Universidad de Wisconsin, quienes dicen las palabras en voz alta de los objetos que están buscando pueden ubicarlos más rápidamente.
Los beneficios no únicamente se limitan a la memoria: también es una poderosa herramienta de autoconocimiento.
El decir las cosas en voz alta te ayuda a identificar mejor lo que sientes y lo que realmente piensas.
Incluso, tal como destaca la especialista Anne Wilson Schaef, el expresar en voz alta el motivo de tu enojo puede ayudar a que este desaparezca, incluso por completo.
La ventaja de hacerlo contigo mismo, y no con los demás, es el nivel de honestidad con el que puedes decir las cosas.
Además, esto puede crear un vínculo contigo mismo positivo, teniendo una mayor inteligencia emocional.

Mejor todavía si hablas en segunda o tercera persona. Según estudios de la Universidad de Michigan a cargo de Ethan Kross, esto te ayuda a controlar mejor tus sentimientos.
¿Por qué? Esto inyecta una buena dosis de tranquilidad, autoconfianza y éxito.
En situaciones estresantes, puede reducir la angustia, por lo que es ideal antes de presentaciones de trabajo o pruebas escolares en el caso de los niños.
A su vez, si deseas organizar tus ideas, puedes comenzar con hablarlas o, como muchos dicen, pensarlas en voz alta.
¡Inténtalo! Así como el ejercicio físico es indispensable para la buena salud, estas prácticas son beneficiosas para la salud mental.