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Entre la lista de enfermedades que comúnmente relacionamos con la contaminación vehicular, la ceguera no es una de ellas.
Sin embargo, un nuevo estudio, publicado en BMJ Journal of Investigative Medicine, reveló que el vivir en zonas con alta contaminación vehicular puede duplicar el riesgo de desarrollar la forma más común de ceguera.
¿De qué estamos hablando? Nada más y nada menos, de la degeneración macular.
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Esta enfermedad afecta la mácula, que es la parte media de la retina, ocasionando pérdida gradual de la visión.
Si bien generalmente se asocia con personas mayores, tabaquismo y genética, el estudio pone las emisiones contaminantes sobre la mesa.
Con información de This Is Money, así lo determinaron los investigadores de la Universidad de Medicina de China en Taiwán, al examinar el vínculo entre la contaminación del aire en áreas con altos niveles de emisiones por tráfico y este padecimiento.
El estudio encontró que la exposición a largo plazo del dióxido de nitrógeno aumentó el riesgo en un 91% en personas mayores de 50 años.
Gracias a la evaluación de registros de salud de 40 mil personas entre 1998 y 2010, los investigadores pudieron descubrir que es el dióxido de nitrógeno, presente en los vehículos diésel, es el que duplica el riesgo.
Sin embargo, el monóxido de carbono no se quedó atrás, aumentando el riesgo en un 84%.
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Daños neurológicos
La contaminación del aire afecta el sistema nervioso central, motivo por el cual está relacionado con enfermedades como Parkinson, accidente cerebrovascular, demencia y un deficiente desarrollo cognitivo en niños.
Sin embargo, los niños no son los únicos expuestos: también los fetos están expuestos a las partículas contaminantes.
De esta manera, no es de extrañar que sus efectos también puedan afectar al ojo, según revelan los expertos.
Y tú, ¿qué acciones llevas a cabo para reducir las emisiones contaminantes?
