¡Ay, la Navidad! Es un día de alegría y felicidad… ¡Oops! No tan rápido. En temporada navideña podrías terminar empachado no sólo de panqués, pavo, romeritos y bacalao, ¡sino de música navideña!
Si eres de los que se pone muy festivo en esta época y abusa de las playlists de Navidad, lamentamos informarte que tu salud mental está en riesgo.
¿En qué aspecto? En muchos. Con información de Daily Mail, estudios han demostrado que la música navideña hace que las personas gasten y compren de más.
A su vez, un estudio descubrió que la música navideña en reproducción constante puede agotar mentalmente a los empleados que trabajan en tiendas.

Por si fuera poco, según la Asociación Americana de Psiquiatría, ¡alrededor del 61% de las personas experimentan estrés durante la temporada navideña!
Con respecto a la exposición a demasiada música festiva, Linda Blair, psicóloga clínica, comentó a Sky News:
«Podría hacernos sentir que estamos atrapados: es un recordatorio de que tenemos que comprar regalos, atender a las personas y organizar celebraciones».
Efectos secundarios
Según la experta, el problema reside en que la música va directamente a nuestras emociones pasando por alto la racionalidad.

A su vez, la música navideña impide la concentración. Por esta razón, los empleados tiene que esforzarse en desconectarse de la música para poder realizar sus actividades.
«Simplemente estás gastando toda tu energía tratando de no escuchar lo que estás escuchando»
Adicionalmente, esta música puede provocar irritabilidad en algunas personas. ¿La razón?
Según Victoria Williamson, Ph.D, experta en psicología de la música, esto se debe al simple efecto de exposición.
En un inicio, las personas desarrollan un gusto por la música porque están familiarizadas a causa de su constante exposición. Esto ocasiona que al principio las personas asocien emociones positivas con este tipo de música.
El problema es que, tras largos periodos de exposición, las canciones desencadenarán una respuesta negativa en el cerebro.
Y tú, ¿abusas de la música navideña?