Seguramente has visto muchos videos en redes sociales que captan de manera muy oportuna accidentes de tránsito o asaltos. Esto es posible gracias a una dashcam o cámara especial para el auto.
Esta cámara generalmente se localiza en el parabrisas delantero, cerca del espejo retrovisor. Su función es grabar todo lo que acontece al frente del vehículo.
Mientras que las cámaras más sencillas registran la fecha y la hora, hay otras que incluyen parámetros como velocidad y ubicación.

¿Para qué sirven?
Sus usos son múltiples. Uno de los principales es en caso de accidentes viales. Las imágenes pueden ser mostradas a las aseguradoras o a las instancias legales correspondientes como evidencia.
Otro de sus beneficios es que evitan fraudes de personas que fingen accidentes para cobrar el seguro. Por ejemplo, personas que se avientan al vehículo y fingir que fueron atropelladas.
También pueden ser utilizadas con fines de vigilancia y seguridad. Por ejemplo, poder rastrear a los responsables en caso de un asalto o robo.
Incluso, por esta razón, también son utilizadas para vigilar la calle en un fraccionamiento, por ejemplo. En países como Rusia, su uso comúnmente contempla el registrar actos de corrupción por parte de la policía o fraudes en los seguros de autos.

Sus limitaciones
Vivimos en la era de Big Brother. Todos tienen una cámara en sus manos y pocas veces se preguntan hasta qué punto están atentando contra la privacidad de otras personas.
Por esta razón, su uso ha sido regulado en muchos países, con la finalidad de que esté alineado a la ley de protección de datos personales.
Por ejemplo, en la mayoría de los países, no está permitido vender las imágenes o subirlas a internet. Finalmente, es ilegal usar la imagen de otra persona sin su consentimiento.
De la misma manera, el que se muestren las matrículas de otros automóviles en un video que se hace público puede infringir la ley, dependiendo de cada país.
Para tenerlo más claro, un uso seguro del video que ha capturado una dashcam es utilizarlo como evidencia en un proceso judicial.
Sin embargo, no tanto así para subir el video a redes sociales, a pesar de que lo vemos día con día. Esto es porque el contenido de estas cámaras debe ser considerado para uso doméstico y privado.
Por esta razón, en muchos de los videos las placas o las caras de las personas se omiten.
¿Qué te parece?