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Copiloto, ¿debe o no meterse en las decisiones del conductor?

Este es un tema sin duda filoso y a la vez sumamente importante. ¿Hasta dónde está la responsabilidad del copiloto de intervenir en las decisiones del conductor?

Todos sabemos que el copiloto es una persona que cumple con ciertas funciones.

Por ejemplo: auxiliar con la ruta, con los controles del tablero, evitar que el conductor se quede dormido e incluso, ¡abrir la botana!

Cuando salimos a un viaje largo, en teoría, el designado como copiloto es aquél que auxiliará al conductor.

El que estén dos personas al pendiente y alertas indudablemente brinda mucho más seguridad a todos los pasajeros.

Sin embargo, ¿hasta dónde debe asumir su responsabilidad? ¿Dónde están los límites?

Vamos a analizar las dos caras de la moneda, esperando que seas tú quien tome la mejor postura.

Razones por las que el copiloto sí debe meterse 

 

1. No por ser «simplemente» pasajero, no tiene voz para defender su vida. Si él considera que las decisiones del conductor atentan contra su seguridad, debe hacerlo.

2. Quizá el que esté continuamente alertando caiga mal. Sin embargo, tú no sabes cuándo en realidad su alerta pueda salvarlos de una colisión.

3. Si lo piensas, su rol no es tan pasivo. Pone el aire acondicionado, la ruta, realiza llamadas o pequeños encargos. Esto también le da cierta corresponsabilidad en las decisiones que se toman.

4. El mantenerlo atento e involucrado ayuda a que no se quede dormido o que no esté distrayendo de más.

Hay muchos copilotos que no sólo están viendo sus redes sociales, sino que además distraen al conductor.

5. El copiloto media los impulsos del conductor. Si el conductor se enoja o se pelea con otro auto, el copiloto puede neutralizar las emociones.

Su rol en estas situaciones es de suma importancia: si conoce a la persona, sabe la manera de tranquilizarla.

6. Es una agradable compañía en situaciones de congestionamiento. El estar platicando ayuda a que el camino se haga menos tedioso. Y, sobretodo, que al conductor no le de sueño.

Razones por las que el copiloto no debe meterse 

 

1. A veces, el darle el poder de opinar obstruye más de lo que aporta. Incluso puede ser letal.

Hay copilotos que gritan por cosas menores y al espantar al conductor, puede desencadenar una decisión precipitada.

2. Hay estilos de manejo, y el copiloto no debe pretender ser el maestro.

Una cosa es ser «otros ojos» y apoyo, y otro ser el exigente mentor que no le parece nada.

3. Si no mide la forma en que lo dice y la frecuencia en que lo hace, puede causar enojo en el conductor.

Esto nunca será positivo, debido a que el conductor siempre debe permanecer sereno, tranquilo y alerta.

4. Aunque el copiloto esté presente en el auto, no se va a comparar con el estado de alerta en la que se encuentra el conductor.

Por lo que el copiloto no debe subestimarlo: el conductor generalmente sí está al pendiente de todo lo que sucede.

Conclusión

 

¡Hacerlo políticamente! Como podemos ver, uno de los grandes problemas son los modos en que se piden o dicen las cosas.

Es importante que el copiloto controle también su emotividad y encuentre la manera adecuada de decir las cosas.

Sobretodo, saber distinguir cuándo es necesario alertar enérgicamente y cuándo no vale la pena.

Al final, toda ayuda se agradece, siempre y cuando no estorbe ni entorpezca.

Continúa con:

Pelea entre conductores: cómo pararla a tiempo

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