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Dos tercios de las personas consideran a su auto como un amigo, revela encuesta

Uno más de la familia…

Viviandnguyen / Flickr

Muchas personas hablan con su auto o les ponen nombre, pero ¿considerarlo como un amigo? También es muy común.

Así lo reveló un estudio por TrueCar y realizado por OnePoll a 2 mil estadounidenses que poseen o alquilan un vehículo. Nada más y nada menos, dos tercios de los encuestados, es decir, casi el 70%, considera a su auto como un amigo.

Pero, ¿de dónde viene esta estima por nuestro vehículo? Veamos algunas cifras del libro de Bernice Kanner «Are You Normal About Sex, Love, and Relationships?» (¿Eres normal acerca del sexo, el amor y las relaciones?).

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– 53% cargamos una foto de nuestro auto o la tenemos en el escritorio para que otros lo admiren.

– 71% son muy protectores con respecto a que otras personas los manejen, incluso hay quienes no los dejan en el valet parking.

– 12% se compra regalos para su auto en festividades como San Valentín. Por ejemplo, el 42% un nuevo estéreo, 34% detalles de personalización y el 15% perfume para el auto.

– Los más devotos: los dueños de los camiones. El 22% celebra el día de San Valentín con sus vehículos, comparado con el 9% que tiene autos de lujo o vehículos de tamaño completo.

Conducir sol carretera

Incluso, para algunas personas con objetofilia, sus autos son más que amigos. Así es, las personas con esta patología sienten atracción emocional, sexual y sentimental hacia un objeto.

¿La razón? Creen que el objeto está dotado de inteligencia y sentimientos. Sin embargo, no son los únicos que así lo ven.

¿Por qué lo vemos como un amigo?

Aunque suene raro por tratarse de un objeto, es común el hablar con animales u objetos debido a nuestra capacidad como humanos de reconocer y encontrar rostros en todas partes.

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Esto puede derivar en otras cosas, como ponerle nombre a los objetos o atribuirles mentes reflexivas.

Esto nos ayuda, por ejemplo, a lidiar con objetos que son imprevisibles, es decir, que se pueden descomponer o fallar.

Además de hablar con nuestro auto cuando está fallando, según un estudio de Gary Lupyan, profesor asociado de psicología de la Universidad de Wisconsin, el decir palabras en voz alta nos ayuda a ubicar los objetos más rápidamente. Es decir, a concentrarnos más. Algo que solemos hacer cuando estamos buscando una dirección, por ejemplo.

Todo esto suma al hecho de que realmente vivimos situaciones inolvidables con nuestro auto. ¿Por ejemplo? Un primer beso, peleas, enojos, conciertos, amigos, viajes en carretera, etc. No por nada, un auto representa una época de nuestra vida.

¿A poco no?

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