¡Voilà! Por fin llegó el momento esperado: te has decidido a comprar un auto. Puede haber múltiples razones que te lleven a tomar esa decisión.
Quizá tu trabajo lo requiere o quizá estés formando una familia. También quizá tienes el dinero y, en realidad, consideras que es el momento apropiado para realizar esa inversión.

Sea el motivo que sea, el protocolo al momento de comprarlo, debería ser el mismo. Es decir, como toda decisión importante (porque en realidad es una decisión muy importante), debes realizarla con la mayor certeza posible.
Aunque es cierto que la compra de un auto nuevo tiene mucho de emotividad, es necesario tomar algunos puntos a consideración.
Esto no quiere decir que no sigas tu corazón, ni que te dejes de apantallar por un diseño que te encante. Simplemente, es tener en mente que, a la larga, surgirán eventualidades con el vehículo en las que puedes arrepentirte si las subestimaste.
¿Cómo cuáles? Justamente estos consejos están basados en los aspectos que a la larga te beneficiarán y agradecerás haberlos tomado en cuenta.
1. Seguridad, lo más importante.

¿Por qué lo ponemos al principio? Si bien en México las opciones de financiamiento y el costo es un factor decisivo, la seguridad es un factor que siempre debe estar por delante.
Esto se traduce en verificar y preguntar cuál es el equipamiento que incluye el vehículo en materia de seguridad.
Por ejemplo: cuántas bolsas de aire tiene, si incluye sistema de ABS, ESP, ARS, es decir, tracción y estabilidad, sistemas de frenado inteligente y/o automático, sistemas de alertas en distancia de vehículos, punto ciego, somnolencia, sistemas de aviso de localización satelital a los servicios de rescate.
¿Qué pasa si tu presupuesto es limitado?

Primeramente, prioriza invertir en seguridad en detrimento del equipo de entretenimiento. Por ejemplo, no compres un quemacocos o mejores rines si el vehículo no tiene las medidas de seguridad adecuadas.
Ahora, si es muy limitado, busca que tenga las medidas de seguridad básicas, como frenos ABS, bolsas de aire y control de estabilidad.
Si es necesario, contempla la opción de comprar un vehículo seminuevo, en donde las mejores garantías las ofrecen los programas de las mismas armadoras dentro de sus distribuidoras.
2. Precio, costos de mantenimiento y opciones de financiamiento adecuados para ti.
“Si ya lo voy a hacer y me voy a embarcar por un rato, entonces que sea el auto que me gusta”. No tan rápido. Está bien la emotividad, pero no dejes que ciegue los gastos que en realidad se deben contemplar. Tenencia, verificación, mantenimiento, seguro del auto, refacciones, rayones, imprevistos…

La lista puede seguir, y no es que contemples lo peor, simplemente es importante tomar en cuenta el nivel de vida que llevas para poder disfrutar tu compra.
Nuestro consejo es: lleva un control por escrito de los gastos que tienes en tu día a día antes de comprar el auto. Esto puede ayudarte a conocer a detalle tu realidad financiera.
Es importante hacerlo, puesto que también hay gastos que disfrutas hacer, como salir a comer, al cine, de fin de semana, etc.
Después de que pase la emoción y la euforia del auto, puede ser frustrante el estar muy limitado de dinero por una mala decisión de compra. Y si es a un plazo prolongado (con altos intereses), peor.
Por lo que, antes de comprometerte en un plan de financiamiento, sé precavido con tus gastos. Una vez teniendo esto claro, busca las opciones de pago que se adecuen a tu realidad financiera.
3. Necesidades y uso específico.
Quizá siempre soñaste con un vehículo que puedas correr. Pero la realidad, es que nunca sales de la ciudad.

Esto también tiene que ver con el punto anterior, debido a que puedes estar comprando un vehículo que te consuma mucho combustible sin aprovecharlo realmente.
Trata de conciliar un punto medio. Por supuesto te tiene que gustar, pero analiza cuál es tu rutina y cuáles son tus necesidades.
¿Sales a carretera? ¿Necesitas espacio? ¿Pasas mucho tiempo en el tráfico y prefieres comodidad? ¿Buscas un auto personal o viajan personas contigo?
¿En tu colonia hay muchos hoyos y sería ideal una suspensión más alta? ¿Dónde lo estacionas usualmente? ¿Dónde vives? ¿Sales mucho off-road? ¿Cuál es tu presupuesto de combustible?
Las preguntas son interminables. Comienza siendo honesto contigo mismo, y encontrarás el vehículo ideal para ti.
4. No te precipites. Investiga tus opciones. Negocia.
La lealtad a una marca es algo que definitivamente buscan todas las compañías. ¡Por supuesto que las buenas experiencias y los productos de calidad generan lealtad!

Pero no por eso debes dejar de buscar otras opciones. El saber lo que la competencia ofrece te ayuda a poner en perspectiva lo que estás dispuesto a pagar por algo del vehículo.
El informarte te ayudará a negociar mejor al momento de comprar. Aun cuando tengas un poco de urgencia, tómate tu tiempo para preguntar, investigar (¡leer los consejos de Autos Rpm!) y asesorarte.
No hay nada peor que hacer una inversión que al final no resultó ser lo que buscabas y peor aún: llega el vecino a decirte de una promoción o una conveniencia que le benefició.
5. Es momento de pensar en el medio ambiente
Los fabricantes automotrices tienen la meta de ser neutros en carbono hacia 2050, incluso algunos en 2040. El corazón de la estrategia para lograr dicha meta, es la electrificación de la industria.

Sin embargo, es necesario que la sociedad se sume a dicha transformación. Si tu bolsillo te lo permite, no dudes en buscar opciones de vehículos híbridos y eléctricos.
¡Saca cuentas! No olvides que los autos verdes cuentan con incentivos fiscales. Ahora, si no te es posible, investiga cuál es la opción más eficiente y que menos combustible consume.
Conclusión. Al comprar un auto nuevo, prioriza lo verdaderamente importante para que disfrutes de tu automóvil por mucho tiempo, ¡y no sólo en la euforia del primer mes!