Actrices rubias del siglo XXI que hubieran gustado a Hitchcock

El cineasta se reveló como un gran amante de las rubias hasta elevarlas a una categoría en sí: la rubia de Hitchcock

El modelo de rubia gélida por fuera y volcánica por dentro que patentó el mago del suspense con Grace Kelly, Tippi Hedren o Kim Novak busca relevo en pleno siglo XXI y Scarlett Johansson en “Hitchcock” o Nicole Kidman en “Grace of Monaco” suman puntos para ostentar el título.

Curiosamente, una de las primeras películas del orondo cineasta se tituló “El enemigo de las rubias”, pero luego se reveló como un gran amante de las mismas, hasta elevarlas a una categoría en sí: la rubia de Hitchcock.

Que no se escape el glamour

En un siglo en el que el cine se mira a sí mismo y las estrellas femeninas de Hollywood intentan que no se les escape el glamour de la época dorada de los grandes estudios, el relevo natural se ha producido en forma de “remakes”, del metacine o la película biográfica,

Recientemente, Scarlett Johansson encarnó a Janet Leigh en “Hitchcock” y cumplió con creces. Oxigenada, voluptuosa, pícara y sensual, Johansson, que ya sobre la alfombra roja tiende a emular a estrellas los peinados opulentos al estilo Lana Turner o disfruta en su rol de mujer fatal en “La dalia negra”, de Brian de Palma, redondeó su vocación de actriz clásica.

Leigh, sin embargo, no fue de las favoritas de Hitchcock -y quizá por eso la asesinó en la ducha a la media hora de “Psicosis”- o al menos no tanto como Vera Miles, quien en la película de Sacha Gervasi era interpretada por Jessica Biel, una elección de “casting” más que dudosa.

Mucho más evidente es la reencarnación de Grace Kelly en los rasgos de una normalmente pelirroja pero sin duda rubia en esencia como es Nicole Kidman. La frialdad tórrida que el mago del suspense español, Alejandro Amenábar ya utilizó para “Los otros”, alcanzará su cenit en “Grace of Monaco”, la musa de Hitchcock que se convirtió en princesa.

Aunque la belleza natural de la protagonista de “La ventana indiscreta” estará atravesada por las nuevas tecnologías estéticas de las que ha abusado Kidman, la habilidad para las películas biográficas que Olivier Dahan ya demostró en “La Vie en Rose”, sobre Edith Piaf, y las primeras fotos promocionales, en las que el parecido es más que notable, mantienen altas las expectativas.

Sin embargo, cuando en 1998 Hollywood realizó una nueva versión de “Crimen perfecto”, no fue Kidman sino Gwyneth Paltrow la encargada de suplir a la malograda matriarca de los Grimaldi. Sofisticada, pero quizá demasiado asustadiza, su perfil de mujer respondía más al patrón de otra rubia de Hitchcok: la más endeble Joan Fontaine, vulnerable protagonista de “Rebeca” y “Sospecha”.

Con una nueva versión de “Los pájaros” ya en marcha, se busca sustituta para Tippi Hedren, otra de las actrices que despertó la obsesión de Hitchcock.

Con una hija también actriz como Melanie Griffith, aunque con un carisma muy distinto, el nombre que se barajó en este proyecto, ya aplazado repetidas veces, es el de Naomi Watts.

Sufridora como una Ingrid Bergman, misteriosa como una Kim Novak -se pueden encontrar similitudes entre “Vértigo” y “Mulholland Drive”- y rubia como la propia Hedren, la protagonista de “Lo imposible” y “21 gramos”, protagonice o no protagonice esta nueva versión, es una de las más dignas herederas de la corona de rubia hitchcockiana.

Sin embargo, en “The Girl”, el telefilme sobre la tensa relación que se estableció entre la actriz y el director durante el rodaje de aquella película, la elección para encarnar a la suegra de Antonio Banderas fue Sienna Miller, con resultados más que conseguidos.

Rubias de ayer y de hoy

En cambio, cuando Gus Van Sant recreó plano a plano “Psycho”, sus elecciones traicionaron profundamente el espíritu del maestro: ni Anne Heche ni Julianne Moore, pese a sus virtudes dramáticas, pudieron evitar el sacrilegio en el que se convirtió la cinta en su totalidad.

Aunque también es rubia y misteriosa, Charlize Theron parecía haberse inspirado en las terroríficas madres hitchcockianas para ser la madrastra de “Blancanieves y la leyenda del cazador” y no en sus etéreas protagonistas. Eso sí, con vestidos equivalentes a los que Edith Head había diseñado para Grace Kelly en “Atrapa a un ladrón”.

Y Michelle Williams, también candidata a heredera de las mejores musas de Hitchcock, prefirió mimetizarse, en cambio, con otra rubia famosa alejada a los gustos del maestro, la Marilyn Monroe en

“Mi semana con Marilyn”, aunque sí salía en el homenaje de Martin Scorsese al maestro, “Shutter Island”.

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