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Michael Grandage, sin miedo al cine

El cineasta tiene a Jude Law y Colin Firth como protagonistas de la cinta “Pasión por las letras” que se estrena el 7 de octubre en la cartelera mexicana

La historia gira en torno a la relación que mantuvo el periodista y escritor estadounidense Thomas Wolfe, un joven talento con una personalidad arrolladora, con el renombrado editor Max Perkins, uno de los editores más conocidos y respetados y descubridor de F. Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway. Dos hombre muy distintos entre sí cuya particular amistad, tierna pero a la vez compleja, les marcó para toda la vida. Michael Grandage debuta como director en cine, luego de ser un actor y director de teatro y series de televisión.

¿Con que sabor de boca te quedas con tu primer filme?

Logré mostrar la relación entre esas figuras, que son realmente el centro del filme. Me quedé con un buen sabor de boca. Pasión por las letras resultó ser el proyecto que andaba buscando desde hacía tiempo para dar el salto al cine; además tiene un corte clásico y centrado en la relación entre el autor y su editor. 

¿Qué te provoca abrir un libro?
— Creo que no hay nada como tener un libro en la mano. Por lo que exponer esta historia, es mostrar todo el proceso que hay detrás de un libro. Si esta película motiva a recurrir a un ejemplar, ya sea de la novela u otro género, creo que habré realizado un buen trabajo. Leer te provoca viajar, volar e imaginar. Cuando estoy leyendo una obra de teatro o una novela, también lo hago de manera visual. Cuando estoy leyendo una obra de teatro, no sólo estoy siguiendo la narración y eso lo apliqué al hacer mi primer película.

¿Cómo te sientes tras la experiencia?
— ¡Bien! Creo que es una cinta con muchos matices, clásica y muy humana. Tuve que hacer más visitas a los sets de filmación, entrar en salas de edición y aprender el lenguaje del cine. Tuve una formación de cine. Claro que hay cierto nerviosismo, porque todos los ojos están puestos en ti, pero creo que obtuve una ligera victoria. Siempre he sido un gran fanático de las películas, y tenía la presión de seguir los lineamientos pero con mi estilo.

¿Cuál fue la parte más interesante al estar detrás de cámaras?

— No sabía que la literatura en la pantalla grande podría eser neutralizada. Obviamente el cine es más de detalles y desde el principio marqué la historia de la amistad que es en el centro de la película como algo universal. Pero había también la relación muy específica entre el editor y escritor, que hizo interesarme enormemente. Tenemos el privilegio de trabajar con gente con mucho talento como Jude Law, Colin Firth y Nicole Kidman, mi parte es perfeccionar su trabajo.

¿Qué te sorprende del cine a diferencia del teatro?

— ¿Te digo la verdad? ¡Es más barato un boleto de cine (risas)! Los asientos son más accesibles y puedes llegar a más número de personas. A diferencia del teatro, es algo inmortal. Cada una tiene su encanto, pero en cuanta duración entre la gente, es notable la diferencia.

¿Algún miedo al hacer Pasión por las letras?

— No quería que la versión de la película tuviera que ver con el teatro, y creo que eso es lo bueno de la película, que es que es un medio diferente, que puede hacer diferentes cosas que no puede hacer en el escenario. Nunca tuve miedo, porque tenía un buen equipo de trabajo, un buen guión y actores que hicieron más fácil el proceso.


¿Listo para volver a dirigir?

— La transición de la actuación para dirigir, me llevo un buen tiempo. Sufrí por algún tiempo de pánico escénico, tuve que hacer una pausa; luego regresé para reencontrarme con los escenarios y la dirección, que son una parte importante de mi vida. Ahora tengo mi propia empresa que hace películas, teatro y televisión.

¿De qué se trata?

Adaptación de una novela de no ficción de A. Scott Berg, Max Perkins: Editor of Genius Thomas Wolfe es un diamante en bruto, un escritor de gran talento, pero incapaz de gestionar su creatividad. Su éxito y reconocimiento llegarán gracias a su editor, el gran Max Perkins, descubridor también de Hemingway, Steinbeck y Fitzgerald. Perkins dedicó miles de horas a pulir los defectos de la literatura del genial Wolfe. Pero sobre todo, con él y su esposa compartió una extraordinaria historia de amistad.

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