Opinión

¿Cómo es una persona antiprofesional?

Nuestro columnista Helios Herrera explica las principales características que presenta alguien a quien le falta compromiso

Lo idóneo en esta vida es que constantemente todos y cada uno de nosotros, deberíamos de tener parte de nuestra atención en mejorar, crecer y desarrollarnos. Sin embargo, la mayoría de las veces somos nuestros propios enemigos obstaculizando nuestro andar.

El día de hoy quiero compartir contigo las características específicas de las personas poco profesionales, pero antes de esto hay que diferenciar dos palabras que generalmente usamos sin distinción: profesional y profesionista.

Pues bien, parecieran ser lo mismo, pero cada una de estas palabras tienen una definición particular, entendemos profesional como cualquier persona que ejerce una actividad en específico, siempre asegurando la mejor calidad de ésta. Y por el contrario, entendemos profesionista como aquellas personas que de igual manera, llevan a cabo ciertas actividades pero con un grado académico específico. En pocas palabras no importa en lo que trabajemos, todos podemos y debemos ser profesionales sin excepción.

Así que este domingo que estás leyendo estas palabras, echa un ojo al decálogo de las características que un antiprofesional hace en su día a día, recuerda que no importa en lo que te desempeñes, seas director, taxista, secretaria, ingeniero o doctor lo importante es hacer lo que debes hacer de manera profesional.

  1. No tienen vida personal. Llevan un completo desbalance entre su vida personal, social, familiar y profesional. No entienden la importancia de gozar de un equilibrio integral en la vida y se convierten en workaholics, lo que a veces se traduce en falta de productividad, porque creen que el trabajo vale según las horas que le dediquen y no a los resultados que generen.
  2. No delega. Es gente que no confía en las capacidades de los demás. Te encarga las cosas, pero no sabe ni da seguimiento, siempre acapara todo y en lugar de controlarlo con aportaciones de valor, pone obstáculos. Por ejemplo, esconde las carpetas, sólo él/ella tiene llaves de acceso, etc. Literalmente la gente no puede hacer nada mejor que él.
  3. No tienen buena actitud. Son la antítesis al tipo de gente con el que todo el mundo deseamos trabajar, sean colegas o subordinados. Se la pasan buscando los problemas, le das una solución y ellos ven el lado gris, su palabra favorita es “pero”, por lo tanto, a cualquier cosa dicen “sí pero…”.
  4. No quieren aprender. Creen que ya lo saben todo, absolutamente todo, no están ni dispuestos y menos abiertos a seguir aprendiendo. Son personas que se quedan ancladas en la ignorancia y que no se cuestionan ni investigan. Es típico que se sienten amenazados de alguien que esté aprendiendo a su alrededor y prefieren un equipo menos sabio que ellos.
  5. Comprometen su integridad. Son capaces de todo, absolutamente de todo por una promoción, un aumento, un ascenso, una nueva oportunidad. Descuidan su pensar y se brincan normas morales, piensan que “el fin justifica los medios” y no les importa si en el camino pisotearon a alguien o a sus propios valores.
  6. Son débiles y vulnerables emocionalmente. Tienen cero tolerancia a la frustración. No son mentalmente fuertes y cualquier tropezón los aniquila. Son víctimas de sus propias emociones, si algo sale mal se enojan y explotan automáticamente, lo que ocasiona que los clientes y colaboradores les tengan miedo. Es típico que todo se lo toman personal y piensan que el mundo trabaja en su contra.
  7. No tienen interés comercial. No entienden que todas las empresas viven de vender y quien no lo hace está fuera de la jugada. Todos vendemos de mil formas, una secretaria vende la imagen de su empresa, un taxista vende un servicio de comercial; los antiprofesionales no ubican que lo más importante es atender bien al cliente y colaboradores. No reconocen que el trabajo es una cadena, si yo hago bien mi trabajo, el que sigue lo hará bien, y así sucesivamente.
  8. No son comprometidos. Una persona no profesional no cumple lo que promete, ni en calidad, ni en plazos y no da el resultado esperado.
  9. No se comportan como lo que son. No cuidan su imagen y no comprenden que hay que pensar y actuar en el día a día, en lo que queremos llegar a ser en el futuro. No conocen de modales, de actitudes y de reglas básicas y generales en cualquier ambiente laboral.
  10. Son inflexibles. En esta vida y en el mundo corporativo, la única constante es el cambio. Les cuestan mucho los cambios y nunca se adaptan. Por ejemplo, si sembramos un roble en la playa, aunque sea el árbol con raíces más fuertes, se va a caer porque su tronco es rígido; en cambio las palmeras, a pesar de sus pequeñas raíces, no caen porque son flexibles para soportar el aire y oleadas. Lo mismo pasa con los antiprofesionales, creen que las cosas son como siempre se han hecho y no ven alguna otra opción.

Recuerda que no importa en lo que te desempeñes, sea lo que sea, te invito a analizar estos puntos y eliminar aquellos con los que te identifiques, para así convertirte en un verdadero profesional.

Piensa, reflexiona y actúa.

Helios Herrera.

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* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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