Marihuana by Ivan Alberto Cabrera Machorro
La marihuana es una de las drogas ilegales más utilizadas en el mundo, al menos por 4% de la población. Algunos países la han legalizado debido a sus usos medicinales o recreativos; sin embargo, otros –como el nuestro— prohíben su consumo por los efectos adversos que provoca en la salud. Su empleo constante se relaciona con la alta probabilidad de desarrollar enfermedades mentales.
La cannabis o mejor conocida como marihuana es una mezcla de flores, tallos, hojas y semillas secas finamente picadas de la planta de cáñamo (Cannabis sativa). Se consume en cigarrillos o pipas, ingerida en alimentos e infusiones o untada en pomadas o aceites.
Todas las variedades de esta planta contienen sustancias químicas (la principal sustancia activa y presente en todas la variedades es delta 9 -Tetrahidrocanabinol- o THC) que producen cambios psíquicos, sociales y químico-biológicos en el cuerpo; por ello ésta se considera una droga, explicó el doctor Fernando Cano Valle, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Uno de los problemas, relacionado con el consumo de esta droga, es que su inicio sea antes de los 18 años, destacó la doctora María Elena Medina Mora, académica de la Facultad de Medicina. Explicó que los jóvenes son quienes generan más adicción y es grave que la consuman con frecuencia, pues a esa edad su sistema nervioso central no ha madurado y tienen mayor probabilidad de desarrollar enfermedades mentales.
Agregó que con el consumo constante de la marihuana se puede afectar la memoria, generar déficit cognitivo, cáncer, depresión, psicosis, ansiedad y otros problemas mentales asociados. Sin embargo, el doctor Gerhard Heinze Martin, jefe del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina FM, advirtió que a pesar de que el consumo de la droga se relacione directamente con la salud y los problemas mentales, no debe tomarse como única causante. “Se debe conocer el estado de salud mental y los factores genéticos y sociales que pudieran desencadenar un trastorno mental, incluso antes de consumirla”.
A su vez, la mariguana funciona como analgésico y podría ayudar a hacer más llevadera la vida de los enfermos terminales y la de aquéllos que tienen sufrimientos físicos o mentales, explicó Rodolfo Rodríguez Carranza, jefe del Laboratorio de Medicamentos en la misma institución.
Detalló que si los farmacólogos buscan efectos específicos, en un futuro cercano podrían desarrollar un medicamento que funcione para aliviar los dolores de los pacientes crónicos y terminales a través del uso de dicha planta.
Auxiliar en el dolor
20% del total de quienes aceptan consumir marihuana, o haberla consumido alguna vez, argumenta que es por su efecto analgésico o estimulante.
Consumo de marihuana
La marihuana es una droga ilícita en nuestro país; sin embargo, se consume.
•Existen más de mil 200 variedades de marihuana. Muchos de los híbridos surgieron de países como Afganistán, Nepal, México, India, Estados Unidos y en diversas partes de América Latina.
•80% de los consumidores mexicanos de drogas prohibidas consume marihuana. Argumentan su uso por ser más barata que otras o por sentirla menos dañina que la heroína, por ejemplo.
•1.5% de los mexicanos acepta haber consumido esta droga alguna vez en su vida. Los hombres son los principales consumidores, el rango de edad de más consumo es de los 18 a los 34 años.
•En México, entre 13 y 17% del total de consumidores dependen de esta droga. Pero los menores de edad son quienes más adicción generan, al menos 36%.
¿Para qué la legalización?
Golpe al narcotráfico
Según los expertos, si se legalizara podría reducir hasta 80% de su precio final. También se evitarían todos los problemas asociados con el narcotráfico como la delincuencia.
Transparentar su contenido
Se cree que en los años sesenta contenía 10 miligramos de la principal sustancia activa (THC) por cigarrillo, ahora contiene hasta 300 mg y otras sustancias que la hacen pesar más.
Prevención y tratamiento
La criminalización limita la difusión de información y la prevención con evidencias científicas basadas en estudios de caso: ver a los consumidores como pacientes y no como criminales.