Seguramente estás preocupado o realmente angustiado por la pandemia del coronavirus que ha provocado más de 169 mil muertes en el mundo sabiendo que en nuestro país, lo peor está por venir; y sin duda tu otra gran incertidumbre y temor es ¿Qué pasará con tu empleo y los empleos de tu familia?
Incluso es probable que a estas alturas ya te hayan avisado que el lugar donde hasta ahora venías trabajando está por cerrar, o de plano, ya bajaron sus cortinas.
Sabemos que nuestro sistema de salud enfrenta graves problemas de cobertura, de atención y que este gobierno destruyo el seguro popular. Para enfrentar esta pandemia miles y miles de doctores, enfermeras, enfermeros y personal de salud trabajan en condiciones precarias y en cada minuto arriesgan sus vidas para salvar las nuestras y las de nuestras familias.
Este ejercito de batas blancas, de heroínas y héroes merece toda nuestra admiración, solidaridad, respeto y gratitud por siempre.
La recomendación del gobierno es quedarnos en casa, para proteger nuestras vidas y las de nuestras familias, pero debemos reconocer que hay miles y miles de mexicanas y mexicanos que salen a las calles a buscar su sustento y algún ingreso para llevar comida a sus casas.
El cierre obligado de micros, pequeñas y medianas empresas, que son la principal fuente de empleos, le han quitado el sueño a quiénes a diario trabajan en una tortería, una fonda, un salón de belleza, un puesto de jugos, una sastrería, en pequeñas papelerías o talleres mecánicos.
Miles de comercios y fábricas han cerrado sus puertas desde hace algunas semanas y no han tenido una sola venta, por lo que la caja registradora está vacía, y no hay dinero para pagar renta, luz y tampoco los salarios de trabajadores y trabajadoras comprometidos, talentosos y que a diario luchan por llevar comida a sus casas.
En los países que han sufrido la pandemia del Covid-19, sus gobiernos han apoyado desde el primer momento a las trabajadoras y trabajadores, y a las pequeñas empresas para que no se pierdan los empleos; sin embargo, en nuestro país el gobierno federal no quiere tomar medidas urgentes para apoyar a quienes con gran esfuerzo y sacrificio han abierto estos negocios y ahora están padeciendo para no despedir a sus colaboradores, y sacar hasta por debajo de las piedras el pago de los sueldos.
La instrucción del gobierno es que las cortinas de la gran mayoría de comercios y fabricas sigan abajo.
¿Qué pasará entonces sin clientes y sin ventas? Pues que su único camino será simple y sencillamente cerrar, e informarles a sus empleados que deben irse a sus casas porque es imposible aguantar tanto tiempo, y porque el gobierno de Mexico es el único en el mundo que se oponen a apoyar con un ingreso mensual (durante esta crisis), a mujeres y hombres que trabajan en el campo y las ciudades.
Un gobierno que no acepta posponer el pago de impuestos, y apoyar con créditos serios y oportunos a los emprendedores para salvar los empleos y el trabajo de tantos años.
Son tiempos de unidad y no de mayores divisiones, porque estamos frente a la más grave crisis económica y de salud de nuestra historia moderna.
Frente a enormes crisis necesitamos grandes decisiones ¡ya! exijamos juntos al gobierno que cumpla con su deber.