Tras la revolución rusa, Lennin nacionalizó el sector y hoy un organismo estatal agrupa a 70 compañías, con más de 8 mil empleados y 3 mil animales.
Pero los tiempos cambian y muchos circos se han quedado anticuados. Por eso, el Gobierno estudia un programa de reformas que darán más autonomía a los circos públicos para invertir beneficios y diseñar los programas.
“Por ahora, lo único que tenemos son eslóganes. Dicen que el Gobierno invertirá 800 millones de euros para modernizar los circos, pero no hay planes concretos”, dice Mourat Abdulayey, subdirector de este circo moscovita, poco antes de salir a escena. Su número, con perros y osos, es uno de los más importantes de la función.
