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Coreana escala las 14 cimas más altas del mundo

La coreana Oh Eun-Sun, se ha ganado la admiración de sus compatriotas al ser una mujer de hierro capaz de escalar las cimas más altas del mundo

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Corea del Sur celebró hoy con emoción la ascensión y llegada a la cumbre del Annapurna de la montañera Oh Eun-Sun, una pequeña mujer de hierro que ha logrado convertirse en la primera en coronar catorce “ochomiles”, antes que la española Edurne Pasaban.

Con su menuda de estatura (mide 1,55 metros y pesa unos 50 kilos), Oh emocionó a sus compatriotas al ondear la bandera surcoreana a 8.091 metros de altura y, sin poder contener las lágrimas, agradecer el apoyo que le ha brindado su país.

Su ascensión la retransmitió el equipo de la televisión surcoreana KBS que le acompañó en su gesta, con la que ha batido a Edurne Pasaban en la carrera por ser la primera mujer en alcanzar la cima de los catorce picos más altos del planeta.

Poco después de su hazaña, el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, le envió un mensaje de felicitación en el que aseguraba que su logro ha reanimado en el “espíritu de reto” en la gente.

“La ascensión mostró lo que significa un reto, y fue una victoria humana”, dijo el mandatario surcoreano, citado por la agencia local Yonhap.

Durante la subida Oh Eun-sun llevó consigo una fotografía de Ki Mi-Young, una compañera alpinista que murió el año pasado durante la subida al Nanga Parbat, en el Himalaya.

Antes de partir de Seúl, Oh había prometido que la fallecida alpinista estaría con ella en la cima del Annapurna.

Con 44 años y aficionada a la montaña desde 1985, cuando era universitaria, Oh se ha ganado a pulso un lugar en la lista de los deportistas más admirados en Corea del Sur, al lado de nombres como el de la patinadora Kim Yu-na, oro olímpico en Vancouver y un fenómeno de masas en su país.

La “mujer de hierro”, como se le apoda en su país, abandonó su empleo en la Oficina Metropolitana de Educación de Seúl en 1993 para dedicarse de lleno al alpinismo, con un raro talento natural descubierto gracias a su padre, que fue quien le introdujo a la montaña.

Su primer “ochomil” lo conquistó en 1997, al ascender los 8.035 metros del Gasherbrum II; a esa hazaña le seguirían las cumbres del Elbrus (5.642 metros) en 2002 y el McKinley (6.194 metros) al año siguiente.

Pero fue en 2004 cuando marcó un nuevo hito en su carrera al convertirse en la primera mujer surcoreana en alcanzar la cima del Everest, a 8.848 metros.

Con una gran capacidad de recuperación, facilidad para adaptarse a las alturas y una enorme resistencia, Oh Eu-Sun asegura que no tiene una capacidad especial, sino que lo suyo es pasión.

Para esta surcoreana, el motor que le permite conquistar cima tras cima y que le ha llevado a marcar un hito en la historia del alpinismo es, sobre todo, su amor a la montaña.

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