La espera fue larga, las frustraciones muchísimas, de ver como el país que se inventó el deporte del béisbol y tiene la mejor competición profesional, no había podido ser campeón de Clásico Mundial, en las tres primeras ediciones, pero en la cuarta lo logró con todos los honores al blanquear 8-0 a Puerto Rico en la gran final.
El segunda base Ian Kinsler pegó jonrón de dos carreras en la parte alta de la tercera entrada y Estados Unidos, en el Dodger Stadium de Los Ángeles, ante 51.565 espectadores, puso fin a la larga espera de proclamarse campeón mundial en el deporte considerado «pasatiempo nacional».