La autoridad andaba traes ellos, pero los revendedores se las ingeniaban para acomodar unas entradas que pusieron entre los siete y 12 mil pesos.
Aficionados de Chivas y Tigres que llegaron al estadio rojiblanco sin boletos se acercaron ilusionados a que tuvieran «piedad» por el precio, sin embargo, eso no sucedió. La ley de la oferta y la demanda.
Los elementos de inspección y vigilancia de Zapopan, acompañados de la policía, hacían detenciones, pero no les encontraban las entradas e incluso los revendedores se avisaban que tuvieran cuidado porque algunos aficionados habían tratado de arrebatarles entradas.
Camiones repletos de seguidores de ambos equipos se estacionaban a las afueras del inmueble y empezaban la búsqueda del cotizado boleto. Afortunadamente para la gente que al final no pudo conseguir su entrada, se colocaron pantallas por la explanada para que ahí vieran el juego.