Ubicado en el puesto 534 del ranking de la ATP, la historia del tenista Juan Cruz Aragone, es de admirarse, pues de haber sufrido un coma diabético, hoy disputa el Abierto de los Estados Unidos bajo los colores de las barras y las estrellas.
Aragón nació en Argentina, pero tras la crisis económica en 2002 su familia se refugió en Estados Unidos. Su participación en el último Grand Slam del año no es una casualidad, su posición en el ranking lo metió a la qualy del torneo a parte de su condición como jugador de la Universidad de Virginia (NCAA).
Pero es de destacar la situación de salud que vivió hace cinco años, cuantos cayó en coma diabético y hoy está recuperado al 100%.
«Estuve en cuidados intensivos por tres, cuatro semanas, y luego me quedé en el hospital por un par de meses. mi sistema inmunológico estaba atacando mis órganos, por lo que tuvieron que encontrar una manera de suprimir el sistema inmunológico. Eso tomó alrededor del año y medio para bajar de la medicación, y entonces dos meses después, ya estaba sano». señaló en entrevista a World Tennis Magazine.
Pero su vida tuvo un revés más hace un año. Luego de estudiar economía y política, emprendió el camino profesional en una empresa financiera y estuvo a nada de colgar la raqueta. Su familia lo hizo entrar en razón y continuó en el tenis profesional.
Para fortuna de Aragone, la empresa para la que trabaja es la patrocinadora oficial del US Open. Por lo que no se alejó del todo, después de decidir retomar el camino del deporte blanco, las cosas se fueron acomodando, hasta el punto de haber obtenido una wild card de último minuto por ese certamen nacional universitario (NCAA).
Aragone se llevó 50 mil dólares, pues superó la clasificación de un Grand Slam, pero perdió en la primera ronda.
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