En el Estadio Jalisco, la voz era unánime. Se jugaba frente al América, por la Copa MX. Y la tribuna cantó. “Guadalupe, Guadalupe, te venimos a exigir que presentes la renuncia… ya nadie te quiere aquí”, así la gente se hizo sentir. Expresó su opinión y no era favorable para el técnico del Atlas.
Pero José Guadalupe Cruz ha sabido sobreponerse a las críticas de su propia afición. “Mentiría si dijera que no me duelen los calificativos”, dijo apenas hace unos días. El “Profe”, como se le conoce al entrenador, ha dado una lección de entereza durante al actual torneo.
Lo más cuestionado por los seguidores rojinegros es su estilo de juego. Y es que en ocasiones, el equipo ha replegado en busca de amarrar un resultado. No siempre con efectividad. Pero quizá el “pecado” más grande de Cruz es la eliminación del torneo pasado frente a Chivas. Los aficionados aún no le perdonan esa derrota en cuartos de final.
Para el encuentro definitivo, el técnico del Atlas decidió cambiar su esquema táctico. Salió al partido de vuelta con línea de cinco. Y lo que más se le critica: decidió prescindir de Matías Alustiza, el mejor goleador de los Zorros. El resultado no le dio la razón. Cayó ante el Rebaño Sagrado, que dos semanas después se proclamaría campeón del futbol mexicano.
Desde entonces, la gente se metió fuertemente con el entrenador. Cruz aguantó la tempestad. Evitó confrontar a los aficionados. Trabajó y superó el mal momento del equipo. Ahora, Atlas se encuentra a una victoria de la Liguilla. La próxima semana recibirá a Pachuca. Y no depende de nadie: si gana, estará en la siguiente fase. El “Profe”, por lo pronto, ha demostrado ser un hombre a prueba de críticas.
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