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Tan sólo tres minutos habían pasado y ya había hecho estallar el Camp Nou. Lionel Messi inició el recital y él mismo le puso el sello final a la goleada por 3-0 sobre el Chelsea, para dejar el marcador global 4-1 y otorgarle al Barcelona su boleto a los cuartos de final en la Champions League.
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Más que motivado y feliz tras el nacimiento de Ciro, su tercer hijo, apenas el sábado pasado, el astro argentino regresó a las canchas para lucirse con un doblete, una asistencia y uno de sus mejores partidos del año. Con un ángulo muy cerrado, pero con su espectacular zurda, mandó la pelota a las redes entre las piernas de Thibaut Courtois, para poner el 1-0 apenas al 3’.
El segundo tanto no lo metió Leo, pero sí lo fabricó: robó la pelota desde la media cancha y se escapó entre los rivales que fue dejando como conos de entrenamiento para centrar preciso al área y dejársela a modo a Dembélé, quien sólo la empujó para el 2-0 al 20’.
El conjunto londinense ya sospechaba que no habría revancha de todas las veces que los catalanes los han dejado en el camino, pues además todos sus intentos por acortar distancias eran rechazados por Ter Stegen. Y así fue.
La figura blaugrana fue por más y justo al 63’ hizo de Luis Suárez su mejor cómplice, para recibir el balón, meterse al área y fulminar de nuevo al arquero blue, quien una vez más vio pasar el esférico entre las piernas. Messi firmó el 3-1 definitivo, selló el boleto a la siguiente ronda y conquistó su gol número 100 en Champions League.
