Con 43 años de edad y con apenas doce meses de aprendizaje en el esquí, Germán Madrazo logró clasificar a los Juegos Olímpicos de Invierno PyeongChang 2018, lugar en donde inmortalizó el nombre de nuestro país tras la actuación histórica que tuvo en la prueba de cross country de 15 kilómetros al finalizar en el último lugar, pero en levantar, con gran orgullo, la bandera mexicana en compañía de atletas de otros países. Así demostró que el “no se puede” no tiene cupo en su vida. En entrevista exclusiva con Publisport, el deportista azteca habló sobre su experiencia en dicho certamen, así como la buena reacción que causó en otros países, mientras que en México se le criticó.
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¿Cómo nace la idea de aprender a esquiar?
— Yo empiezo a esquiar hace un año, en enero del 2017, y empiezo a raíz de un artículo que me mandó un amigo. Ese artículo hablaba de qué deporte es el más duro. Comenzamos a discutir de ello y salió al tema un comediante de YouTube quien hizo un video de las cosas que le molestan de los maratonistas y decía que no entendía el porqué cuando terminan una carrera siempre deben publicarlo en redes sociales, cosa que a mí me parece muy padre. Si hay gente que comparte su logro de la semana por tomarse una botella de alcohol, pues qué padre que haya gente que comparta el logro de haber terminado una carrera. De ahí comencé a investigar de ello y me topo con gente de todo el mundo que concursa en Juegos Olímpicos de Invierno menos a gente de México y me sorprendió, porque algo que caracteriza a los mexicanos es que estamos en todo. Entonces dije ‘ya va siendo tiempo de que le pongamos una arregladita a este asunto’. Entonces me animé a hacer cross top esquí, porque un mexicano va a estar en donde merece estar. Le hablé a un entrenador y primero me dijo que no me iba a entrenar, pero después de algunos días me dijo que estaba dispuesto a hacerlo.
¿Pensaste en que clasificarías a los Juegos Olímpicos?
— En un inicio mi objetivo era aprender a esquiar y ver si me gustaba el esquí, no tenía tanto el pensamiento de calificar. Para mí, el fin en la vida es ser feliz y hacer cosas que me hagan ser más feliz y no menos feliz. Al practicar el esquí me enamoré totalmente de él y fueron creciendo las ganas de calificar a PyeongChang.
¿Cuál fue la primera reacción de Germán Madrazo al decirle que clasificó a los Juegos de Invierno?
— Estaba en Islandia con unos compañeros en una competencia en medio de una tormenta y uno de ellos me pasó el celular con la lista de las personas clasificadas y ahí estaba mi nombre, nos frenamos a media carretera y comenzamos a festejar como locos, a gritar y a tomarnos fotografías.
¿Cuál fue tu reacción al ver la bandera de México en dicho certamen?
— ¡UF! En cuanto llegas la buscas. Cuando entré y vi la plaza de las banderas, es un lugar tan hermoso con una energía tan positiva y tan bonita. Al ver la bandera mexicana es súper emocionante e hizo que todo tuviera sentido, el porqué México debe estar ahí.
¿Por qué decides tomar la bandera mexicana poco tiempo antes de culminar la carrera?
— Fueron varias cosas que cruzaron por mi mente, la primera de ellas fue que terminamos en los lugares de atrás. Tu país no tiene ningún reconocimiento, nadie se entera y yo sentía que México debía tener su reconocimiento. Entonces yo quise agarrar nuestra bandera para darle gracias a México por la oportunidad de estar ahí, para regresarle a mi país el honor que me dio de llevar su bandera en la ceremonia de apertura y, la verdad, no tenía conocimiento de todo lo que había ocurrido sino hasta que me enseñaron la fotografía en donde me están cargando y estoy con la bandera mexicana.
¿Qué dijiste cuando comienzas a ver las redes sociales hablando de ti?
— Una gran responsabilidad porque tu imagen le va a dar la vuelta al mundo siendo el símbolo de la unión entre varios pueblos, el símbolo del olimpismo, el símbolo de la hermandad, el símbolo de la lucha. Entonces ya tienes en tus manos una responsabilidad indescriptible. Desde el desfile inaugural, México comenzó a ser visto; desde que salí vestido de charro y hasta el final. Pero es muy feo que la gente de otros mundos hable emocionada de la fotografía final y la gente mexicana únicamente critique. Pero, poco a poco, se irá quedando la leyenda de la imagen y lo demás pasa a segundo término, porque lo que pasó ahí fue historia.
