La llegada masiva de mexicanos pintó de verde a la ciudad de Moscú. Días antes de la Copa del Mundo, no era tan fácil percibir su presencia, pero este viernes, a sólo dos días del debut ante Alemania, el color verde se apoderó de la capital rusa.
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Especialmente, los seguidores se apoderaron de las calles cercanas a la Plaza Roja. Portando orgullosos la camiseta de su selección, salieron orgullosos a la conquista de la capital rusa, donde el domingo disputará México su primer partido dentro del Grupo F de la Copa del Mundo.
Y se convirtieron inmediatamente en centro de atención. La cultura tricolor resulta especialmente atractiva para el europeo promedio, por ser completamente distinta. La personalidad festiva del pueblo mexicano dejó huella a lo largo del día en Moscú, pero alcanzó su clímax durante la noche.
Los mexicanos fueron protagonistas y atraparon las miradas. Habitantes rusos les pidieron constantemente tomarse fotografías e incluso les solicitaron firmar autógrafos en camisetas, como si se tratara de personajes famosos. Pero no solo llamaron la atención del pueblo moscovita, sino también de aficionados del mundo entero.
Así, fue común a lo largo de la tarde, cerca de la Plaza Roja, ver a rusos portando sorpresa charro, a un japonés portando un sarape prestado por un mexicano para la fotografía o a un aficionado proveniente de tierra azteca intentando convencer a una jovencita rusa de tomar tequila. “Ándale, nada más un traguito”, le decía.
La fiesta se prolongó, así ha sido durante los últimos días. Solo que las noches anteriores, con mucho menos gente. Pero este viernes, con el debut del Tricolor ya muy cerca, el verde terminó por invadir a la capital rusa. Moscú es ahora una sucursal de México y el domingo, ante Alemania, promete ser una auténtica fiesta de mariachis y tequila.
