El Manchester City de Pep Guardiola sufrió una dolorosa derrota en su visita a Anfield, en donde los dirigidos por Klopp confirmaron hegemonía en la Premier League y se afianzaron del liderato en un duelo en el que el arbitraje de Michael Oliver dio de qué hablar.
En el primer tiempo apenas a los 6 minutos la polémica se hizo presente tras una supuesta mano dentro del área del Liverpool, la cual no fue sancionada a favor del City y terminó en la primera anotación del conjunto Red.
Guardiola y sus asistentes protestaron ante el cuarto árbitro, pero la decisión por parte del árbitro central se respetó, por lo que la anotación del conjunto del Liverpool se mantuvo en el marcador. Posteriormente, Salah amplió la ventaja tras un gran centro de Robertson.
En la segunda mitad, durante los minutos finales tras el descuento por parte de Bernardo Silva, los Citizens se fueron con todo al ataque y de nueva cuenta una mano dentro del área de los Reds no fue sancionada, acción que descontroló por completo al técnico Pep Guardiola, quien reclamó ante el cuarto árbitro, haciendo referencia a las dos manos que no se le marcaron a su equipo.
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Al final del encuentro, Guardiola ingresó al terreno de juego y fue directamente hacia donde se encontraba Michael Oliver y con un seco saludo de mano y un «muchas gracias», encaró al silbante y posteriormente se retiró.
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