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Radomir Antic vivió duros momentos, pero también exitosos, en su carrera en la Liga española.
El fallecido entrenador serbio dejó una huella profunda en el campeonato español., al que llegó en 1978 como jugador.
Antic fichó por el Real Zaragoza tras pasar por el Sloboda Uzice y el Partizan de Belgrado, en la antigua liga yugoslava.
Luego de ser campeón en Turquía con Fenerbahce, se unió al Zaragoza, con el que marcó siete goles en dos temporadas.
Madrid, con todos los colores
Su carrera como técnico inició en el Partizan, ganando dos ligas de Yugoslavia en las temporadas 85-86 y 86-87.
Para 1988 comenzó su etapa como entrenador en la Liga española, uniéndose al Zaragoza.
Clasificó a los maños a la antigua Copa Uefa, pasando luego al Real Madrid.
En el conjunto merengue sucedió a don Alfredo Di Stéfano, y luego de alcanzar el tercer lugar en la 90-91, fue despedido en la siguiente campaña en la primera vuelta.
El Madrid era líder, pero el desempeño del club no era el mejor.
Tras dirigir en dos temporadas al Real Oviedo comenzó su etapa más gloriosa, en el Atlético de Madrid.
Conduciendo a los colchoneros, con jugadores como Pantic, Penev, Kiko Narváez y Diego Simeone, ganó el doblete Liga-Copa del Rey.
“Éramos el equipo que mejor futbol jugaba y pensaban que llevábamos un ritmo imposible de mantener”, dijo en una entrevista con Jotdown.
“A todos los que dijeron que no íbamos a aguantar con esa intensidad les demostramos lo que es la confianza en uno mismo”.
Descenso con el Atleti, resurrección en el Barcelona
Pero no todo fueron rosas en su era con el rojiblanco.
Idas y venidas, primero para asegurar la permanencia en 1999, y luego para descender en la 99-2000.
El conjunto colchonero regresaría a primera luego de dos temporadas en el infierno, con Luis Aragonés como líder.
Al Barcelona llegó en la 2002-03 como sustituto de Louis Van Gaal, clasificando al equipo a Copa Uefa, luego de estar a tres puntos del descenso.
Las sensaciones eran buenas, en un equipo que tenía a Patrick Kluivert y Javier Saviola, pero la llegada de Joan Laporta a la presidencia significó un cambio.
Frank Rijkaard asumiría el timón, comenzaba la era de Ronaldinho. Un nuevo Barcelona prescindía de los servicios de Antic.
El legado de Radomir Antic
El serbio dejó su legado en España, de un futbol alegre, sin dejar de optar por lo físico.
Equipos que lucharon siempre, combativos, con un técnico que pocas veces dejaba de sonreir.
Un hombre bueno, como lo catalogó Mister Chip.
Antic, tras dirigir a clubes como Celta de Vigo y a la selección serbia, se dedicó a los comentarios en medios españoles.
Hasta su muerte, este lunes en Madrid producto de una pancreatitis.
