Los certámenes de belleza infantil se han popularizado en los últimos años en México, un fenómeno celebrado por organizadores, las participantes y sus padres, pero acusado de perpetuar estereotipos de género y de sexualizar las menores.
Se ha producido «un ‘boom’ y un tabú», reconoce a Efe África Vicario, modelo y profesora de una academia que capacita a niños y adolescentes desde la Ciudad de México, y que atribuye esta doble visión a que «México es un país de costumbres», donde las «cosas diferentes llaman la atención».
Mini Belleza Latina, una franquicia presente en 14 de los 32 estados del país, ha potenciado esta moda en México, que todavía dista de adquirir la popularidad que pueden tener estas competiciones en países como Estados Unidos y Venezuela.