Dos días a la semana, el empresario social danés Michael Lodberg Olsen conduce su «sexelance» y lo parquea en las calles de Vesterbro, el distrito de luz roja de Copenhague.
Olsen, ha trabajado en iniciativas para personas vulnerables desde principios de la década de 1990, convirtió una antigua ambulancia en una unidad móvil donde las trabajadoras sexuales de la calle pueden trabajar sin costo alguno en un ambiente seguro y limpio, custodiado por voluntarios a distancia.