La variedad de plantas medicinales que posee México es inabarcable, cifrándose más de 3.000 especies diferentes, algo que dificulta su análisis farmacológico y que resulta la justificación perfecta para el rechazo de la medicina oficial a la hora de reconocer su eficacia curativa.
El biólogo de la facultad de ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Francisco Basurto explicó a Efe que, pese a que el uso medicinal de las plantas ha ido promulgándose de generación en generación, especialmente en comunidades rurales, «desde el punto de vista de la medicina occidental siempre han tenido este rechazo por una falta de validación científica».