Miles de iraníes se congregaron frente a la antigua embajada de Estados Unidos, en el centro de Teherán, para advertir al presidente
estadounidense, Donald Trump, de que al igual que en 1979 no sucumbirán a las amenazas y las sanciones.
La conmemoración del asalto a la embajada, perpetrado hace 38 años por estudiantes islámicos, estuvo marcada este año por la renovada política antiiraní de Trump y sus acciones para debilitar el acuerdo nuclear, firmado entre Irán y seis grandes potencias.
La crisis de los rehenes llevó al entonces presidente de EU, Jimmy Carter, a tomar medidas económicas contra Irán como paralizar las importaciones petroleras y congelar las cuentas iraníes en territorio estadounidense.