La madrugada del jueves 16 de noviembre, las autoridades brasileñas retiraron el cadáver de una ballena que había encallado en la playa de Ipanema en Río de Janeiro el día anterior.
Los biólogos de la Universidad de Río de Janeiro dijeron que la ballena, que tiene entre 13 y 15 metros de largo y que pesaba alrededor de 33 toneladas, llevaba al menos una semana muerta. Por ello ya están trabajando con las autoridades para determinar qué sucedió con el cetáceo por lo que hicieron arreglos para una necropsia animal, equivalente a una autopsia.
La ballena fue levantada con maquinaria pesada y colocada en un camión, para ser eliminada en un basurero.