Año nuevo, vida nueva. Y para muchos una renta más elevada. Ante eso, los devotos de Santa María La Juaricua intensifican sus plegarias para frenar la especulación urbanística que pone de moda a los céntricos barrios de la Ciudad de México y que desplaza a sus vecinos originarios.
Las colonias (barrios) Santa María la Ribera y Juárez son un claro ejemplo donde las inmobiliarias compran antiguas casas para construir edificios departamentales, llegan vecinos con elevado poder adquisitivo, abren locales «hipster» y cadenas de alimentación, aumenta la oferta cultural y suben los alquileres.
Santa María la Juaricua (acrónimo de los dos barrios) es un proyecto creativo mediante el que dos artistas visuales capitalinos denuncian que este proceso gentrificador conlleva que muchos vecinos no puedan afrontar el aumento del nivel de vida de su barrio.