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Esta madre se siente “encarcelada” tras arresto injusto de hijos en 2011

Austreberta ha movido cielo y tierra para liberarlos con la ayuda de organizaciones como Amnistía Internacional.

Ha vuelto a pasar el fin de año sin sus dos hijos, presuntamente torturados y detenidos injustamente por policías federales mexicanos en 2011. Tras siete años de infructuosa odisea para liberarlos, Austreberta Casales se siente «encarcelada».

Los hechos se remontan a junio de 2011, cuando su hija Verónica Razo fue detenida por cuatro hombres vestidos de civil que la trasladaron a un almacén de la Policía Federal. Allí fue golpeada, asfixiada y violada para que firmara una confesión que la inculpaba de un delito de secuestro que no cometió.

Austreberta, que vio impotente cómo se la llevaron, descubrió al día siguiente que su hijo Erick también había corrido la misma suerte que su hermana, y, desde entonces, ha movido cielo y tierra para liberarlos con la ayuda de organizaciones como Amnistía Internacional.

La misma Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), organismo público mexicano dedicado a velar por los derechos de los ciudadanos, acreditó ante la Fiscalía que los hermanos Razo habían sido víctimas de tortura, detención arbitraria y retención ilegal.

Sobre el delito que se les imputa, Austreberta supone que sí hubo un secuestro, pero que unos policías federales «armaron un truco» para inculpar a sus hijos y, aunque sostiene que no hay pruebas para incriminarlos, las autoridades «no han querido escuchar».

El mes pasado pudo retratarse junto a sus dos hijos durante las fiestas de Navidad celebradas en sendos penales, siendo las primeras fotos que tiene de ellos desde el 11 de mayo de 2011.

Desconoce por completo cuándo podrá volver a fotografiarse con ellos, ya que mientras permanezcan encarcelados, la incertidumbre mantendrá a Austreberta en la «cárcel sin celdas» en la que lleva siete años.

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