Todo sucedió en un recorrido de safari africano en Tanzania, el grupo se acercó demasiado a los felinos, y en descuido uno de los chitas se subió a la parte de los asientos justo detrás del conductor.
Britton Hayes el conductor, fue olfateado por los animales y para no ser atacado tuvo que evitar hacer contacto visual para demostrar que no era una amenaza.
En la cara del hombre se ve su rostro desencajado y de preocupación, notablemente se veía que trataba de controlar el miedo que lo invadía.
Afortunadamente el hombre resistió hasta el final y el animal decidió salir del vehículo sin que pasara un incidente mayor.