Las fiestas populares más concurridas de Nicaragua, en honor de Santo Domingo de Guzmán, comenzaron hoy en Managua con una multitudinaria procesión de la imagen del venerado en medio de rezos y bailes de pagadores de promesas, y de la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980.
La imagen del santo, que mide 18 centímetros y está protegida por una urna de vidrio, abandonó este miércoles a las 06:00 hora local su santuario habitual en Las Sierritas, al sur de Managua, y en la tarde será depositada en un templo en el antiguo centro de la capital, donde permanecerá hasta el próximo 10 de agosto.
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