Fue un suicida primero, quien se inmoló en el acceso a este edificio, la sede del ministerio de trabajo en Kabul. Eso permitió a un grupo de terroristas entrar y sembrar el pánico entre los ciudadanos y funcionarios que habían sobrevivido a la explosión.
Durante al menos 7 horas los terroristas permanecieron en el interior del edificio, haciendo frente al fuego de las fuerzas de seguridad afganas.
Los disparos y explosiones se oían claramente desde el exterior.
Finalmente todos los terroristas que dejaron 28 víctimas mortales, fueron reducidos.Además de los muertos hay más de una veintena de heridos.