Las calles y carreteras acarrean ciertos riesgos para los conductores, especialmente para aquellos que circulan sobre dos ruedas. Por ejemplo, conducir con lluvia reduce la visibilidad e incrementa las posibilidades de sufrir aquaplanning y otros incidentes que pueden acabar terminando en un siniestro.
Tal es así, que la lluvia hace que se disparen los accidentes de tráfico casi un 8%, tanto en motocicletas como en coches, de acuerdo con un estudio realizado por el comparador de seguros español Acierto.com
Si me resbalo por la lluvia, ¿me cubre el seguro?
Esto dependerá de la póliza que tengas contratada. Por regla general los seguros de moto básicos únicamente cubren la responsabilidad civil. Por ejemplo, los daños que causes a otro conductor si sales disparado de la moto contra un coche.
En estos casos, si te lesionas, lo habitual es que no recibas ninguna indemnización. Para eso será necesario que tu seguro incluya los Accidentes del Conductor. Este suele incluir los gastos sanitarios y posterior rehabilitación. Para que la moto esté cubierta tendrías que contratar un todo riesgo, con cobertura de daños propios.
En cualquier caso, podrías acabar recibiendo alguna compensación económica si se demuestra que la vía estaba en mal estado. En este caso la reclamación sería al gobierno de la localidad y a sus seguros de Responsabilidad Patrimonial.

Situaciones peligrosas
Si tenemos en cuenta que en casi 4 de cada 10 accidentes de moto, la culpa es de un coche, no habría de extrañarnos que uno de los incidentes más habituales se produzca cuando otro vehículo da vuelta mientras la moto circula de frente, sin haberla visto siquiera en muchos casos.
La falta de experiencia, una mala maniobra, un error al calcular la velocidad o intencionalidad de otro vehículo y la pérdida de control de la moto se suman a la lista. Circular de forma negligente o temeraria, a gran velocidad y frenar repentinamente son otras causas de accidente frecuentes.

Consejos para conducir con lluvia
El comparador de seguros de moto Acierto.com también ha recabado una serie de consejos para que conduzcas con lluvia con más seguridad, ya que la falta de experiencia y la desinformación son dos aspectos clave a la hora de tener un accidente de este tipo.
Lo primero será equiparse correctamente con el objetivo de que la lluvia no resulte una incomodidad: guantes y cubreguantes, casco integral con visera -que untaremos con un líquido específico que repela el agua y evite el empañamiento-, una chaqueta contra agua, un mono o pantalón de iguales características, unas botas y cubrebotas, y una braga. También hay trajes de lluvia de una pieza e impermeables; y hasta limpiaparabrisas -se acoplan a cualquier casco y son eléctricos-.
Además, y dado que se reduce la visibilidad, deberemos intentar ser lo más visibles posibles para el resto de conductores de la vía. Así que si estas piezas comentadas son de colores fluorescentes, tanto mejor.
Respecto a la moto, su mantenimiento -ya de por sí, clave- será fundamental, en especial el de los neumáticos, cuyo dibujo deberíamos revisar con regularidad. Ahora bien, mientras que para los neumáticos de los coches sí se ha determinado una medida de referencia para calcular el desgaste, no existe tal medida para las ruedas de moto.
Por fortuna, los neumáticos incorporan unos testigos de desgaste. La pista más clara es que el neumático carezca de dibujo o se muestre agrietado. El número de kilómetros recorridos también te puede servir de referencia. En cualquier caso, es mejor ir monitoreando las llantas para evitar llegar hasta el punto en que su desgaste sea peligroso. Y cuidado con la presión, ya que si es incorrecta, se favorece el aquaplaning.

Más cuidado
Probar el nivel de los frenos para calcular cuánto tiempo nos llevará parar en caso de lluvia es una precaución muy útil también. Tomaremos medidas especiales sobre los elementos más resbaladizos que pueden provocar que perdamos el equilibrio: alcantarillas, pasos de cebra, grietas parchadas con alquitrán, etcétera. La lubricación, con tanta humedad, es otro punto que cobra relevancia. Y no olvides que el rendimiento de la batería baja cuando descienden las temperaturas.
Ya en la carretera y como regla general, debemos ser más prudentes, aumentando la distancia de seguridad con el vehículo que nos precede. La distancia de frenado aumenta hasta un 40% con lluvia. La idea es conducir de una manera más suave, especialmente durante las primeras gotas, cuando el agua comienza a mezclarse con el aceite y otros componentes que están sobre el asfalto.
En las curvas dibujaremos una trayectoria lo más abierta posible, y trataremos de evitar el carril central, donde incrementan las posibilidades de encontrarse con aceites de otros vehículos. Cuando lleguemos a nuestro destino y aparquemos, protegeremos las zonas más expuestas al agua, como los discos, la cadena y el manillar. Asimismo, consultaremos la previsión del tiempo antes de emprender la marcha y revisaremos que nuestro seguro se encuentra al día para solucionar cualquier percance.

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