El sari, los siete metros de seda que han envuelto durante varias civilizaciones a las mujeres de la India, se mantiene a través de los siglos como el vestido femenino del país asiático, y ahora busca un lugar privilegiado en la moda con su incursión en las alfombras rojas internacionales.
La entrada de la ex miss mundo india Priyanka Chopra en la industria del cine estadounidense, sumado a su repunte de popularidad tras su reciente boda con el cantante Nick Jonas, ha puesto en escena el antiguo traje como una enigmática y glamurosa prenda digna de los escenarios más selectos del espectáculo.
Un blusa corta que termina encima del ombligo, y un rectángulo de exactos siete metros de tela que envuelven a las mujeres alrededor de la cintura añadiendo un conjunto de pliegues en el frente antes de hacerlo pasar como una estola por el hombro, es el conjunto que arma el antiguo traje indio.
La aparición a principios de junio de Chopra en la portada de la revista estadounidense InStyle vestida con la interminable pieza de tela drapeada puso el foco en la vestimenta reservada para entornos más tradicionales.
Vestimenta de las diosas de la mitología hindú, la tela se mantiene intacta armada en el cuerpo femenino gracias a una antigua y meticulosa técnica trasmitida de madre a hija por generaciones.
«Desde hace años, incluso en nuestro Upanishads y Ramayana, nuestros Vedas (antiguas escrituras indias), nuestros dioses y sus discípulos solían llevar saris, especialmente en la ciudad antigua de Kashi (Benarés), seda tejida a mano que se describe también en nuestros Vedas», cuenta a Efe Gopal Sharma, el propietario de una antigua tienda de saris en Old Delhi (la Vieja Delhi).
Los historiadores coinciden en que la prenda milenaria, usada inicialmente como un trozo de tela para cubrir la desnudez, no tiene una referencia de origen precisa.
«No sería posible dar una fecha de nacimiento al sari, y nadie debería intentarlo», dijo a Efe la comisaria de arte Jaya Jaitly.
Reinventar una pieza tradicional es uno de los retos de los diseñadores indios que intentan marcar nuevas referencias en las pasarelas y que cumplen, además, la compleja labor de vestir a las diosas de Bollywood, la industria del cine indio.
«El sari en la India se reinventa mediante el uso de los textiles y los tejidos no tradicionales para crear la prenda. Ahora se hacen diseños más contemporáneos, más ligeros», explica a Efe la diseñadora Kanika Jain, fundadora de la marca Kanelle.
«Estos son los saris de la nueva era», agregó.
Pese a la entrada de las grandes marcas internacionales, el sari persiste en el armario de las mujeres de la India, especialmente para las bodas y los eventos especiales.
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