Este rinoceronte negro fue uno de los seis transportados a Chad desde Sudáfrica en mayo de 2018. La especie en peligro crítico se vio por última vez en Chad a fines de la década de 1980.
Son esfuerzos de conservación como estos los que han ayudado a los expertos en animales a aumentar las poblaciones de rinocerontes en África. La última actualización de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, publicada el jueves 19 de marzo, dice que el número de rinocerontes negros africanos está aumentando lentamente, aunque la especie sigue en peligro crítico de extinción.
Según la UICN, la población de rinocerontes negros ha experimentado una tasa de crecimiento anual del 2.5 por ciento entre 2012 y 2018, aumentando la población silvestre de 4 mil 845 a 5 mil 630 ejemplares. La UICN espera que este crecimiento continúe durante los próximos cinco años.
Paula Kahumbu, conservacionista de vida silvestre y directora ejecutiva de la organización benéfica Wildlife Direct, dijo que aunque la noticia es bienvenida debe tratarse con precaución.
«Bueno, es una buena noticia que la UICN ahora puede informar que las poblaciones de rinocerontes alrededor de África en realidad están aumentando en un dos por ciento y medio, en particular al rinoceronte blanco del sur y el rinoceronte negro del sur les está yendo bastante bien. El Rinoceronte Negro del Este todavía se encuentra en una situación de peligro crítico y, por supuesto, del Rinoceronte Blanco del Norte solo quedan dos individuos. Creo que sus resultados deben tomarse con mucha cautela «.
Las décadas de caza furtiva han tenido un alto costo en las especies de rinocerontes. Los animales son asesinados por sus cuernos, que durante mucho tiempo han sido utilizados como material de talla y apreciados en la medicina tradicional china por sus supuestas propiedades curativas.
«Todavía hay tres importantes desafíos que enfrentan los rinocerontes en la actualidad. El principal, es la demanda de cuernos de rinoceronte en Asia, mientras esa demanda se mantenga el precio se mantendrá alto y el incentivo para la caza furtiva continuará en África», dijo Kahumbu.
La Reserva Natural y Santuario de Vida Silvestre Karkloof, a treinta minutos en coche de Pietermaritzburg en Sudáfrica, utiliza tecnología de vigilancia avanzada, con inteligencia artificial para permitir que los guardabosques reaccionen más rápidamente a los cazadores furtivos.
El parque privado utiliza cámaras de vigilancia y tecnología de reconocimiento facial para disuadir a los cazadores furtivos, pero tales medidas son muy costosas.
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