¿Alguna vez te has preguntado cómo te afectan la baja en las estimaciones del crecimiento económico, la aprobación o retraso en las reformas estructurales o los problemas financieros en otros países? Para despejar las dudas y entender por qué se encarece el dólar o cómo cerraremos el año en materia de empleo, Miguel Ángel Corro, director del Departamento de Economía del Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe, nos ofrece algunas explicaciones
1. Por qué hay un bajo crecimiento
En terreno global, el bajo crecimiento de EU, cuyo PIB avanzó 1.7% en el segundo trimestre del año, debilitó a la industria mexicana, debido a que 80% de sus exportaciones se dirigen hacia ese mercado.
En lo interno, la baja productividad de las empresas, los efectos de la inseguridad, la falta de certeza jurídica, el retraso en la aprobación de las reformas estructurales, el bajo gasto del Gobierno federal y la disminución del consumo de los mexicanos, ante falta de empleo y sueldos bajos, frenaron a la economía.
2. ¿Desaceleración o recesión?
El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas reportó que hay una “ligera” recesión, derivada del debilitamiento continuo de la economía, lo cual fue rechazado por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien dijo que sólo hay una desaceleración.
El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, señaló que el bache del PIB no le quita el sueño, ya que con las reformas avanzaremos más de 3% en 2014. Las declaraciones de ambos son políticamente correctas para no generar alarma entre los mercados e inversionistas, aunque es un exceso de confianza que no apaga los focos amarillos en la economía.
3. Los altibajos en el precio del dólar
La cotización de la divisa se determina por la oferta y demanda. Los altibajos de más de 13.5 pesos por dólar a principios de septiembre y la baja a menos de 12 obedecen a un alza en la compra de dólares, por la caída en las exportaciones del país y una tasa mayor de las importaciones, que se pagan en dólares.
A ello se suma la incertidumbre económica en EU, los conflictos en Medio Oriente y la llegada de capitales golondrinos –de muy corto plazo– al sistema financiero que buscan ganancias y menos riesgo.
4. Empleo, en picada
La reducción en las expectativas de crecimiento implica una baja en el consumo de la población y ello desencadena una baja en las ventas de las empresas, menor inversión y pocos empleos.
En enero se proyectaba alcanzar 3.5% anual del PIB, con una tasa de 700 mil empleos nuevos, pero con la baja a 1.8% de crecimiento, apenas se abrirán entre 300 mil y 400 mil puestos. Por cada punto del PIB se pierden o ganan entre 200 mil y 250 mil.
5. ¿Las reformas ayudan?
México requiere una serie de cambios estructurales para garantizar la producción de energéticos, elevar la contribución del sistema financiero al desarrollo a través del crédito a Pymes y personas, subir la recaudación e impulsar la educación y el empleo, como lo propuso el Gobierno. Sin embargo, de a probarse todos esos cambios, el desarrollo llegaría a 3% del PIB anual, por lo que es necesario implementar estrategias adicionales para apoyar a la industria, el consumo, la certeza jurídica y el combate a la corrupción.