Al cantante, con 30 años de carrera y supuestamente a menos de dos años de jubilación, probablemente se le siga conociendo mejor por su trabajo como líder de la banda inglesa The Smiths. No obstante, los años con el grupo de rock de Manchester representan menos de un tercio de su trayectoria en el mundo de la música.
Cuando surgió el rumor de que la banda, conocida por una separación todo menos amistosa, se podría juntar de nuevo, enseguida él acalló el chisme. Pero estuvo dispuesto a hablar sobre su próxima autobiografía, la cual su editor, Penguin Books, califica como “un clásico en potencia”.
¿Omitiste algunas partes de tu vida por sentir que ya las habías dicho en tus canciones?
– No, porque lo que sea que valga la pena decir, merece ser repetido.
¿Enfrentarse a un formato tan largo fue un lujo o una cuestión rutinaria?
– A veces me sentía devastado y es probable sufrir una sobredosis de uno mismo. Pero incluso en los días libres encontraba combustible para seguir.
Hablando de las letras de canciones, ¿existe una línea de alguna de tus composiciones por la cual te gustaría ser recordado?
– Hay muchas, por fortuna. Nadie puede negar que por lo menos he tenido algo qué decir, al haber grabado canciones como Life is a pigsty y The world is full of crashing bores… Aunque la revista Rolling Stone ha hecho un gran trabajo sacándome del mapa.
El tema de la muerte en tus canciones es común. ¿Ya has elegido tu epitafio?
– Creo que la frase del poeta inglés Chaucer “Mother dear, let me in” (Querida madre, déjame entrar), sería la adecuada.
¿Siempre supiste que los temas perseverarían a pesar de las propias luchas que te llevaron a componer estas letras? ¿Supiste que tendrías una extensa trayectoria en tu carrera?
– No tenía idea de que iba a tener una carrera. De hecho, no es una carrera en absoluto. Es una gran avalancha de lodo. Ya llevo 30 años en esto, lo cual es tan impensable como si me dijeras que se trata de mi vida sin mí. Y yo te creería.
¿Qué te hace reír en estos tiempos?
– Yo al desnudo. Menos mal, no es algo que vea muy a menudo. Tiendo a mirar hacia otra parte.
Hace unos 10 años, Chuck Klosterman escribió un artículo para Spin, donde habla sobre tus fans latinos. ¿Cuándo te percataste de que este segmento de la población disfrutaba tanto de tu música?
– Cuando tuve mi primera gira como solista en Estados Unidos, me di cuenta de que 70% del público era latino. Muchos de ellos fueron y son, pandillas con sed de sangre, lo cual, por supuesto, es encantador y muy útil dadas las circunstancias de mi vida. En Inglaterra no se cansaron de escribir que las únicas personas a quienes les podría gustar Morrissey eran más independientes. Eso nunca fue cierto.
Stars coverea tu canción Asleep, Jeff Buckley hace una buena interpretación de I know it’s over, y Zee Avi hace un impresionante versión de First of the gang to die. ¿Hay alguna versión en particular que te emocione?
– Sí, las conozco todas y me encantan, pero la que me dio vueltas en la cabeza durante días fue la versión de Suedehead, de Thelma Houston, en parte porque la prensa británica insistía en que mis canciones no le gustarían a nadie con piel morena. Oh, los comentarios que nos vemos obligados a soportar…
¿Qué importancia tuvo expresar lo que sentías hacia la familia real durante los Juegos Olímpicos? ¿Fue algo que te enfadó de los medios por haberlo divulgado o te hubiese gustado que las críticas llegaran más lejos?
– No lo veo como una crítica, sino como observación inteligente. En la llamada familia real son unos dictadores que controlan totalmente los medios de comunicación británicos, tanto los impresos como los televisivos. Todos lo sabemos, porque es muy evidente. Esto no sería tan negativo, si la propia familia no fuera gente tan arrogantemente estúpida, cuyo abuso de los animales es terrible.
Recordarás la noticia que recorrió el mundo el año pasado, donde Guillermo y Kate, en Canadá, se reían y aplaudían mientras que un toro saltaba y se retorcía en pura agonía por tener un alambre de púas atado a sus testículos. ¿Cómo puede aceptarse esto? Porque la familia real es pura dictadura y lejos de promover al Reino Unido de forma positiva, hacen que Inglaterra parezca un lugar insulso para vivir. Por ejemplo: Kate Middleton es una broma.
Alguna vez comentaste que al llegar a los 55 años no volverías a tocar en vivo, ¿sigue siendo la fecha límite?
– Tengo 53, no creo que llegue a los 55. La realeza británica habrá acabado conmigo para ese entonces.
¿Podrías compartir con los lectores la primera o la última frase del libro?
– De ninguna manera.
¿QUÉ TAN PRONTO ES NUNCA?
¿Al escribir este libro, abordas el comienzo de tu carrera de manera que tus fans por fin dejen de preguntarte cuándo volverán a juntarse The Smiths?
– Si aún hay gente que se sigue formulando esa pregunta, quiere decir que no van a parar de hacérsela porque desconocen la historia del grupo. Pedir que The Smiths se reúna es como conducir en la penumbra.
¿Y EL REGRESO DE THE SMITHS?
NOTA DEL EDITOR: Durante el tiempo que transcurrió hasta recibir la respuesta de Morrissey, un sitio web informó que The Smiths se reunirían para un festival de música británica el próximo año. Contactamos al cantante y le pedimos una aclaración. Su respuesta fue: “The Smiths nunca van a volver a estar juntos, nunca jamás”.