¿Por qué es tan difícil conjugar el desarrollo con la protección del medio ambiente?, ¿Qué hacer con las grandes corporaciones que hoy con el afán de llenar sus bolsillos sacrifican los más preciado que tenemos; nuestro planeta?. Son preguntas tan difíciles de responder porque, sencillamente no tenemos a quien recurrir. Hoy cuando hemos descubierto que los intereses políticos y económicos están cruzados y unos dependen de otro, es lógico ver cómo muchos esos mismos intereses priman a la hora de explotar nuestros recursos hasta el extremo.
Por eso, cada vez que lo pienso llego a la misma conclusión, para defender nuestro planeta se necesita independencia tanto política como económica, lejos de los intereses de quienes buscan destruirlo. Esa independencia se consigue gracias al poder de las personas, somos todos nosotros juntos quienes podemos levantar la voz y decir ¡basta! Necesitamos un cambio ahora, nuestro planeta necesita un respiro.
Esta independencia la encontré en una organización a la cual decidí apoyar desde que conocí su trabajo en Chile y en el mundo hace años. Una organización que logró su independencia gracias a sus millones de donantes que les permiten resistir todas esas batallas sin depender política y económicamente de nadie.
Sí. Porque Greenpeace es una organización totalmente independiente política y económicamente.
¿Qué significa esto? Que Greenpeace no recibe dinero de empresas, de partidos políticos ni de gobiernos. Solamente admite donaciones de personas naturales, de gente común. Esto le permite denunciar a quienes dañan nuestro planeta con nombre y apellido.
Hoy, en el Día de la Tierra declaro mi independencia política y económica y me comprometo a denunciar con más fuerza a quienes están dañando nuestro planeta. Quiero invitarlos también a que se declaren independientes junto conmigo, para poder enfrentar sin miedo, para seguir destapando escándalos de corrupción y para denunciar a quienes no cuidan nuestro preciado mundo sino que solo les importan sus propios intereses.
