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El rey Felipe VI sufre una rara enfermedad que no tiene cura

Felipe de Borbón y Grecia padece una patología que podría entorpecer su gestión como monarca.

Una noticia de la realeza se ha filtrado en España. El rey Felipe VI padece una enfermedad que le impide cumplir al 100% con sus obligaciones como monarca y además le afecta su vida personal. Lo peor es que se trata de una patología que no tiene remedio alguno.

La revelación la hizo el periodista Jaime Peñafiel, especialista en realeza española. No es la primera vez que el escritor deja al descubierto algún secreto del monarca. Aunque no fue invitado a la boda real, los reyes eméritos suelen pedirle la cobertura de sus viajes oficiales.

El periodista publicó en su libro “Anécdotas de Oro” que el rey Felipe sufre desde pequeño de una enfermedad poco común. Se trata de la enfermedad del sueño, conocida como narcolepsia, reseñó el periódico español El Nacional en su portal web.

El rey Felipe se dormía sentado

“Era un niño malcriado, flojo en sus estudios, con faltas de asistencia y puntualidad y déspota. Con un grave problema añadido: el sueño. Su pubertad le provocaba cierta vagancia, somnolencia y falta de interés general. Se quedaba dormido hasta de pie”, redactó Peñafiel como parte de los secretos del actual monarca.

Esta patología le habría causado problemas al rey Felipe durante toda su vida, especialmente en su etapa adulta, debido a sus obligaciones y responsabilidades como heredero de la corona española.

“Si estaba sentado, se dormía, por eso recomendaron que estuviera siempre de pie sin apoyarse porque si no también se dormía. Y con los codos en la mesa dormía igual”, dice el comunicador.

Métodos para despertarlo

No fue fácil para el rey lidiar con esta realidad. El cronista de la monarquía reseña que para despertar en la mañana al pequeño Felipe de Borbón y Grecia era necesario “tirarle de los pies, abrir las ventanas de par en par o llamarle por teléfono desde la centralita de Zarzuela”.

Mientras que en la Universidad, en Canadá, en medio de un estricto régimen, “la gobernanta tenía que recurrir a una bolsa de hielo en la cara”, revela el libro.

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