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Mira el antes y después de Alba Flores, la actriz que interpreta a Nairobi en “La casa de papel”

La intérprete de 33 años es parte de una famosa familia de artistas.

La impresionante puesta en escena de Alba Flores como Nairobi, su personaje feminista, noble y carismático en la serie de Netflix La casa de papel, ha hecho que esta actriz española no solo alcance la fama internacional y múltiples reconocimientos, sino que se gane los corazones de aficionados en todo el mundo.

De raíces gitanas y heredera de un linaje de importantes músicos, halló su pasión también en el arte, pero no en el canto sino en la actuación, con apenas 13 años de edad. Desde entonces, comenzó a construir una carrera.

Ahora, décadas después, sus deslumbrante interpretación en desafiantes papeles y su potente discurso la ha convertido en una de las artistas más destacadas del momento. Mira cómo ha sido su evolución a través de los años.

La evolución de Alba Flores

Alba González Villa, conocida como Alba Flores, llegó al mundo el 27 de octubre de 1986 en Madrid y es la única hija del músico Antonio Flores y Ana Villa, una productora de teatro.

Su abuela fue Lola Flores, también conocida como la “Faraona”, una reconocida artista española de la década de los 50 que deleitó al mundo cantando flamenco, bailando y actuando. Aunque Alba no seguiría con la tradición musical de la familia, sí tomaría el apellido de su abuela.

En su infancia, sufrió  un duro golpe cuando su abuela y su padre fallecieron el mismo año y con 15 días de diferencia. La «Faraona» partió tras una larga batalla contra el cáncer de mama y  su padre por una sobredosis; informó El País.  Alba tenía 9 años.

Asimismo, tras la muerte de su padre, su mamá la crió sola  y la apoyó en sus estudios de actuación que inició a los 13. Ambas vivieron juntas hasta los 19 años, cuando decidió independizarse.

“Soy independiente desde los 19 años, pero mi madre es fundamental porque me recuerda mis inicios. Me enseñó a tener no uno, sino los dos pies en la tierra”, señaló en una entrevista  a Vanity Fair, donde su madre la definió como “íntegra” y aseguró: “Mi hija no se vende”.

Pasión por el teatro y éxito de La casa de papel

Con el pasar de los años, Flores fue consiguiendo roles en todos los campos su profesión, aunque una de sus más grandes pasiones es estar sobre las tablas.

En el cine se estrenó en 2005 con la obra El Calentito. Mientras, en televisión consiguió su primera aparición en 2006, en el programa El comisario.  También ha trabajado en musicales.

Sin embargo, no sería hasta 2015 que comenzaría su gran ascenso a la fama con su rol de Saray Vargas, una lesbiana gitana en Vis a vis.

Dos años después, su popularidad estallaría sin avisar y de manera indetenible por su participación en La casa de papel, una producción donde dio vida a Ágata Jiménez, alias Nairobi.

Todo cambió con Netflix y reconozco que no soy capaz de calibrar el éxito que tiene”, dijo a Vanity Fair. Sin duda, la fama que alcanzó fue tan avasallante que sobrepasó cualquier marca que su familia haya impuesto en el pasado.

Además, Alba es abiertamente feminista, activista por los derechos humanos, por la inclusión y posee una alta conciencia ecológica. Igualmente, no teme expresar su opinión y se mantiene humilde y centrada ante los halagos.

“El feminismo es algo intrínseco a mí”, expresó en una entrevista. “Las mujeres nos miramos por la calle, nos protegemos, hay sororidad”.

De igual forma, destacó a Vanity Fair que aprendió a respetar y amar la diversidad en su casa donde siempre hubo mesas muy grandes para “personas de distintas culturas, géneros, capacidades, razas o sexualidades”.

De hecho, según El País, Alba vive el amor como algo libre y ha sido vinculada románticamente con mujeres.

 

 

 

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