Siguiendo muy de cerca los pasos de su hija, la reina Letizia, Paloma Rocasolano a sus 68 años muestra un rostro totalmente rejuvenecido y un estilismo que dista mucho de aquel que lució el día en que el príncipe Felipe pidiera la mano de la futura soberana de España.
La cercanía con su madre siempre ha sido un elemento presente en la monarca, pues su madre es la encargada de cuidar a la Princesa de Asturias, Leonor y a la infanta Sofía, en los momentos en que la pareja real se ausenta de la residencia oficial.
A través de los años, las imágenes y el contacto con la ‘suegra real’ dejan prueba de que nada queda de aquella mujer tímida y con una forma de vestir discreta que pasó desapercibida a los ojos de la prensa y del interés público en el Palacio del Pardo, en el 2003 en el acto del compromiso real.
En la actualidad, la enfermera de profesión y ya jubilada desde el 2017, es una nueva mujer con una imagen que indudablemente ha sido rejuvenecida y transformada para dar paso a una versión refinada y sofisticada.
En el 2004, en la boda de su hija lució un conjunto sastre de chaqueta y falda, color naranja, con el que apostó para una fecha especial, luciendo sencilla y elegante, con una cabello al natural como solía llevar.
Los primeros años, a partir de 2005, Paloma Rocasolano aún mostraba sus arrugas y las líneas de expresión que el paso de los años dejaban en su rostro. El inicio de los ‘retoques’ se dio con la colocación de aparatos de ortodoncia invisibles, muy discretos ante las fotografías.
Sus apariciones públicas, son pocas pero su presencia suele ceñirse a las entregas de los premios Princesa de Asturias. En cada edición, la madre de la reina Letizia dejaba más pruebas de su tranformación.
En el 2014, escogió un look bicolor en blanco y negro, firmado por el diseñador preferido de Letizia, Felipe Varela, y lució regia con un vestido ceñido realizado en encajes que combinó con unos guantes de cuero.
En el 2016, la prensa recogía titulares del notorio cambio de la suegra de Felipe. El portal Voz Populi detallaba que Paloma lució irreconocible tras sus retoque estéticos, señalando que los años la han vuelto con un estilismo diferente, más elegante. Su cuerpo – específicamente las piernas- denotan definición producto de rutinas de ejercicios.
Así ha sido la transformación de la madre de la reina Letizia
Los expertos cirujanos consultados por la prensa española, como la revista Vanitatis coincide en asegurar que Paloma Rocasolano se ha sometido a una rinoplastia para retocar el dorso nasal y para afinar la punta de su nariz, cirugía muy parecida a la practicada por su hija.
Una lipofilling es otro de los procedimientos que pudo hacerse, el cual consiste en extraer grasa de otra parte del cuerpo e inyectarla ya depurada en el rostro para darle así mayor frescura y reducir las líneas de expresión.
Relleno de pómulos y eliminación de las conocidas arrugas de la frente y de las famosas ‘patas de gallo’, a través de productos como el bótox o el ácido hialurónico, son otras alternativas empleadas por Paloma.
Otro experto consultado por la mencionada publicación, reitera que la madre de la reina Letizia se sometió a un minilifting para estirar el cuello y la mandíbula, dando así un efecto tensor en esas partes del cuerpo que tanto delatan el paso de los años.
La revista El Español asegura que mantiene su cuerpo en forma gracias a una rutina de ejercicios que le provee un entrenador privado, que además es un profesional de la Nutrición, que labora en un gimnasio cercano al barrio madrileño donde reside la abuela de Leonor y Sofía.
Y definitivamente a la transformación de su rostro, se le debe añadir el cambio radical en su forma de vestir, destacando que los consejos de su hija y su apoyo al brindarle asesores y estilistas, la han convertido en una mujer muy refinada.
