“Encontré el poder en dejarme de depilar”, revela Eglantina Zingg, la mujer que no solo saltó a la fama tras ser señalada como la amiga de Ricky Martin que pudo prestar su vientre para concebir a sus gemelos (Matteo y Valentino), sino por desempeñarse como una talentosa conductora, actriz y por su especial espíritu filantrópico.
Esa misma libertad que siempre ha ostentado, la reafirma hoy desde sus días de confinamiento en Miami, donde a partir de una situación real inició un experimento para demostrarle a su sobrino adolescente que es posible romper los viejos prejuicios de la imagen femenina.
Y con esa imagen que para muchas mujeres es imposible o inconcebible, Eglantina Zingg es portada de la revista Marie Claire en una controvertida y polémica fotografía en la que se ve con sus axilas llenas de vellos, sin depilar, queriendo demostrar así que las características o rasgos no deben definir el género de unapersona.
Su hermosa belleza le ha valido para ser el rostro de marcas como Paco Rabanne y Carolina Herrera. Además de conducir del certamen Runway Latinoamérica y ser la mujer que logró reunir voluntades para empoderar a las mujeres jóvenes a través del fútbol, bajo una organización sin fines de lucro llamada Goleadoras que también es parte del proyecto Paz y que su amigo Ricky apoya.
Con ese perfil, la entrañable amiga del famoso cantante puertorriqueño cuenta cómo una experiencia muy cercana la liberó de las ataduras que dictan los patrones de la sociedad a las femeninas.
El significado de ser mujer para Eglantina Zingg
De su residencia en la ciudad de New York, Eglantina Zinng decidió aceptar la invitación de su hermano para pasar la cuarentena alejada del epicentro del coronavirus, por lo que llegó a Miami a casa de sus padres.
Desde este espacio compartió la oportunidad de demostrarle a su sobrino de 15 años, que ser mujer no es sinónimo de la imposición de los quehaceres del hogar y otras actividades.
Explicó que por el simple hecho de ser mujer, el adolescente se excusaba en ayudar en las tareas de la casa y le respondía: “Bueno, pero tu eres mujer, eso te queda mejor”.
Ante esa negativa y necesidad de moldear su comportamiento, Eglantina Zingg decidió que dejarse crecer los vellos y que él lo viera, era una manera de romper con su perspectiva. “Mi sobrino no sabía qué decir”, expresó la también actriz venezolana.
Entre tantas pláticas y negociación, explicó que halló una mejor base de comunicación y respeto desde su enfoque de hombre para cumplir de forma compartida las tareas.
Aseguró que estos días de cuarentena ella también alcanzó una enseñanza propia, además de conseguir un cambio en su sobrino.
“Encontré el poder en algo que, al principio me parecía raro y hasta asco me daba. Pero ahora pienso, ¿por qué? ¡Son tan solo pelos!”, insistió la joven.
Confesó que el encierro le ha dejado ver muchas cosas. “Para mí la empatía, la fuerza, el coraje y el amor no son características femeninas ni masculina. No creo que estos rasgos deben ser definidos por género”.
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