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La triste historia de cómo Albertano se convirtió en papá soltero

Ariel Miramontes tiene tres hijos Quetzal, Arim y Kinam.

Cuando se encuentra frente a las cámaras y bajo los reflectores, el actor y comediante Ariel Miramontes, mejor conocido como el personaje que lo lanzó a la fama, Albertano, hace reír a millones con su gran talento en escena, pero pocos saben que fuera del papel, en el calor de su hogar, el histrión es un gran papá soltero de tres pequeños.

Aunque desde siempre se ha mantenido muy hermético con los detalles de su vida personal, en ocasiones comparte en redes sociales los tiernos momentos que vive con sus hijos Quetzal, Arim y Kinam; no obstante, el cómico de 50 años esconde una historia de gran sufrimiento detrás de su lado como papá soltero y es que la madre de sus dos hijos menores, con quien esperaba construir una vida en familia, lo abandonó poco después del nacimiento de los niños.

La lucha de Albertano desde que se convirtió en papá

Con el gran anhelo de convertirse en papá, Albertano adoptó en 2009 a su hijo mayor, Quetzal, para estrenarse en la paternidad como hombre soltero. Tan solo un año y medio más tarde, en 2011, la vida le concedió el deseo de tener otro retoño más con una mujer llamada Elizabeth, con quien tenía una relación sentimental.

Lamentablemente, según contó una fuente cercana al actor en una entrevista a TVNotas, al mes del nacimiento de Arim, la madre del niño lo abandonó con el bebé para regresar a su trabajo en un centro nocturno en Acapulco y vivir su vida como mujer soltera.

Ariel siempre quiso tener tres hijos, y lo logró; esto lo hizo sentir realizado como persona, pero desde que nacieron, ha pasado por una situación muy triste, pues la mujer con quien los tuvo, los abandonó”, relató el informante al medio quien además aclaró que ella desde el inicio le manifestó que no deseaba hijos.

“Desde que comenzaron su relación, ella le dejó en claro que no quería tener hijos, pues no le interesaba dedicarse a cuidarlos; pero aun así se embarazó (en 2011)”, aseguró.

Ante la noticia del embarazo, el artista tuvo que rogarle a la mujer que por favor tuvieran al bebé bajo la promesa de que él se haría cargo de todo solo. No obstante, en el fondo albergaba la esperanza de que cuando su pareja tuviera en brazos al nene, cambiaría de opinión con respecto al tener hijos.

Ariel le suplicó que lo tuvieran, que él se haría cargo del bebé; ella accedió y cumplió su deseo. Él pensó que cuando tuviera al bebé entre sus brazos cambiaría de idea, pero no sucedió… al mes, se fue a Acapulco a trabajar en un centro nocturno y continuó con su vida de soltera», explicó.

La inesperada decisión de la madre de su hijo abatió fuertemente a Albertano. “Estaba muy triste, no podía  entender lo que le había hecho Elizabeth. Por fortuna doña Judith, su mamá, lo ayudó a criar al pequeño”, contó.

Meses más tarde, mientras Miramontes lidiaba con una mezcla de alegría por sus hijos con el dolor y desconcierto por el abandono, Elizabeth volvió a la Ciudad de México y le pidió perdón por sus acciones. Él, aún afectador por los hechos, aceptó las disculpas de su expareja y la recibió en casa.

Durante ese el tiempo de reconciliación, ambos tuvieron otro hijo, Kinam pero nuevamente al mes de nacido, ella los dejó para volver a Acapulco, esta vez para siempre.

“Tres meses después, Elizabeth regresó a la CDMX y le dijo a Ariel Miramontes que  estaba muy arrepentida y él la perdonó, pensando que, ahora sí todo iba a cambiar. (Y así fue) solo unos meses, pero a ella nunca le nació el instinto maternal, era muy fría y desapegada con el niño; el colmo de las cosas fue que en julio (2012) se volvió a embarazar”, narró el allegado a Miramontes.

“Una vez más, Ariel le suplicó que lo tuvieran y ella accedió; el bebé nació en diciembre (…) con el segundo bebé, también fue distante; para enero ya se había ido a Acapulco”, afirmó sobre el actor de María de Todos los Ángeles.

La repetición del doloroso episodio derribó nuevamente al actor que esta vez le insistió a su exmujer que regresara a casa.  “Estaba desconsolado; todos los días le hablaba a Elizabeth para pedirle que recapacitara y que regresara con los niños, que ellos la necesitaban, pero ella se negaba rotundamente”.

Tras enfrentar esta gran desilusión y dolor, Ariel se repuso con la ayuda de su madre, quien lo ha apoyado en la crianza de sus vástagos. Sin embargo, en pro del bienestar de sus retoños, el actor decidió en noviembre 2018 demandar a la progenitora de sus hijos menores para quitarle la patria potestad y evitar que en el futuro quiera exigir derechos como madre o intente algún tipo de extorsión.

Afortunadamente, la justicia le dio la razón y ganó la demanda en junio de  2019. “(…) Tenía todas las pruebas a su favor y ella ni siquiera se presentó al juzgado cuando la citaron para ir a las audiencias… ahí se vio todo su desinterés por sus hijos”, develó la fuente sobre cómo el orgulloso papá de tres se aseguró de mantener a sus niños a salvo y a su lado.

Ariel siempre ha sido un verdadero papá soltero; con la sentencia, se quedó con todos los derechos sobre los asuntos administrativos, legales, morales  y alimenticios de los niños, aunque es más que claro que siempre los ha cumplido al pie del cañón”, dijo el insider del intérprete del sensible y romántico Albertano.

Hasta el año pasado, cuando TVNotas publicó la entrevista, los niños todavía no habían conocido a su mamá y mucho menos sufrimiento que atravesó su papá. Asimismo, el anónimo enfatizó que ellos aún no entienden la situación porque son muy pequeños.

“(…) para ellos, su única mamá es doña Judith, la abuela, pero es claro que tarde o temprano Ariel tendrá que explicarles todo lo que pasó con su mamá biológica; es más, conforme pase el tiempo, ellos comenzarán a hacer muchas preguntas”, sostuvo.

Además, destacó: “Ariel Miramontes se ha entregado por completo a sus hijos y los ha tratado de hacer lo más felices posible, los adora, son el motor de su vida; quiere que no les haga falta nada, les da la mejor educación y se los lleva de vacaciones a cada rato para que se diviertan”.

Por último, el allegado señaló que pese a no contar con la presencia de su madre, los pequeños, a los que Albertano ha llamado sus “pollitos”, “son muy felices y traviesos, lo heredaron del papá”.

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