En agosto pasado, el conductor del programa Venga la alegría, Ricardo Casares compartió con sus seguidores de redes sociales su dura experiencia al contagiarse de coronavirus, presentar un cuadro severo de neumonía y usar por varios meses tanque de oxígeno.
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Tras mejorar notablemente su salud y con todo el ánimo por continuar su vida y mejorar su estado de salud, el presentador se tatuó la cepa del Covid-19 en el hombro con la leyenda «busted», como recordatorio de su fortaleza.
«En una de las noches más difíciles durante mi coronavirus, cuando apenas podía respirar y lleno de miedo y desesperación, recordé dos frases que tengo tatuadas ‘siempre sigue adelante’ y ‘nunca dejes de creer’. Decidí que así enfrentaría al virus, con esa actitud», escribió el conductor Instagram junto a imagen de su nuevo diseño.
Casares agradeció al artista Isaac Braham, quien le hizo el tatuaje, a todos los que se preocuparon por su estado de salud y a quienes le dieron sus muestras de apoyo.
«Cuando sané decidí tatuarme que le había ganado como un recordatorio de toda la gente que me ayudó y de que efectivamente siempre se debe seguir adelante y nunca se debe dejar de creer. Así de pronto en mi ig apareció @isaacbraham de inmediato hicimos click, con su estilo de arte plasmó a la perfección mi idea y lo que quería tener en la piel! Gracias por todo, bro. También aprovecho para mandar un abrazo muy apretado a todos los que en este momento se enfrentan al virus. Peleen con fe y confianza y así sin duda le van a ganar».
Ricardo fue el único de los conductores de Venga la alegría en presentar síntomas severos de coronavirus. A diferencia de él, el resto de sus compañeros contagiados presentaron síntomas muy leves.
Flor Rubio, Kristal Silva y “El Capi” Pérez pasaron sus correspondientes días en cuarentena y regresaron ya al foro del programa. Sus malestares fueron diversos, como dolor de cabeza, pero ninguno de ellos requirió de oxígeno como parte de su tratamiento.
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