En pleno corazón de Roma la plaza Navona combina historia y entretenimiento para convertirse en uno de los polos más activos de la ciudad a cualquier hora del día. Lo primero que llama la atención del visitante es la Fuente de los Cuatro Ríos, diseñada y realizada por Bernini en 1651, y que emerge en el centro de la plaza.
Se trata de un complejo monumental compuesto por un obelisco rodeada por cuatro estatuas que representan a los cuatro ríos principales de la Tierra – Nilo, Ganges, Danubio, Río de la Plata- y a los que la obra debe su nombre.Y como todo en Roma, el monumento cuenta con su propia leyenda, basada en una supuesta rivalidad entre Bernini y Borromini, obra de la Iglesia de Santa Inés que se erige sobria e imponente ante la “fontana”.
Según la tradición popular, Bernini diseñó las estatuas que miran hacia la fachada de la iglesia en actitud defensiva y con un gesto protector por miedo a que ceda la estructura del templo.