Existen dos formas en que un hombre puede alejarse de ti: física o emocionalmente. La segunda es mucho más dolorosa que la primera, pero ambas desgarran tu corazón por igual.
Cuando un hombre se aleja, la separación suele ser gradual, sufrida y casi imperceptible.
Los hombres nos resistimos y resentimos la renovada imagen de la mujer actual. Por lo mismo, aún no terminamos de asumir la igualdad de géneros en todas las áreas. Nuestro clásico sentido de superioridad, se vuelve contra cualquier amenaza de quitarnos protagonismo en la pareja, adoptando una conducta de aislamiento y alejamiento emocional. En otros casos, los cambios retratan este alejamiento como manifestación de ciertas personalidades masculinas.
Aunque parece lógico que un hombre permanezca cerca de una mujer si le gusta y comparta la mayor cantidad posible de tiempo con ella, en muchos casos, los hombres hacemos lo contrario. Si el hombre con el que estás comenzando una relación parece mantenerse distante, no necesariamente es una señal de que no le gustas. Aunque parezca ilógico para las mujeres, el comportamiento distante del hombre oculta varias razones detrás.
Para muchos hombres, el comienzo de una relación es un período de incertidumbre y confusión. Esa incertidumbre acerca de lo que queremos y lo que significa para nosotros esa relación, puede conducirnos a alejar a la mujer, evitar la relación y con ello, las emociones complejas que supone. Cuando se trata de hombres que tienen incertidumbre; avanzar en la relación, desarrollar una rutina y entrar en confianza con él será la solución a este problema, ya que cuando eso ocurra, el hombre renuente a aceptar sus emociones se volverá menos inseguro y se acercará más a ti.
Todos alguna vez nos hemos sentido muy atraídos por alguien, pero al mismo tiempo, no hemos podido dar el primer paso o avanzar en esa relación, por una simple razón: miedo al rechazo. Un miedo que es lógico, natural y normal y es que, a nadie le gusta recibir como respuesta la indiferencia de la persona a la que se pretende conquistar. Sin embargo, es esencial tomar la actitud adecuada a la hora de afrontar una situación normal de la vida. Recuerda que no sólo son importantes las palabras para darte cuenta de que en verdad le gustas. El lenguaje corporal, es tanto o más importante que las declaraciones de amor, y a través de este es muy difícil disimular. Los seres humanos tenemos la necesidad de sentirnos deseados y queridos, y cuando existe el mínimo riesgo de que esto no suceda, entonces podemos entrar en pánico.
Que si él hizo esto, entonces ella debe ser indiferente; que si ella presenta tal o cual actitud, entonces él debe ser indiferente; pareciera más una competencia por saldos en rojo, que la construcción de una relación basada en la transparencia, la honestidad y el goce de los sentimientos mutuos. Cuando nos quedamos atrapados en el juego de la indiferencia, este puede ser tan desgastante, que nos lleva al limite de las emociones, porque nunca sabemos exactamente el lugar que ocupamos y esto se convierte a su vez en un excelente juego de manipulación.
Cuando nos manifiestan indiferencia, se siente una enorme frustración y ni que decir, de los niveles de culpa que aparecen, ya que el juego se torna de tal manera, que no analizamos el para qué, ella esta siendo indiferente, sino el por qué yo generé esa indiferencia en ella y como se dice generalmente, hay preguntas que es mejor no contestar y esto a razón, de que siempre trataremos de justificar la actitud de la otra persona y a su vez juzgarnos tan severamente, que terminamos viendo en nosotros mismos un sin numero de aspectos negativos, que muy seguramente, no están en ti.
Existen muchas razones por las cuales un hombre decide dejar a una mujer, pero si estás viviendo una o más de estas causas es momento de tomar las riendas del asunto y de dirigirte por el camino correcto…
-Falta de admiración.
Cuando esto sucede su autoestima se ve afectada y, por lo tanto, su hombría. Ellos piensan que por más que se esfuercen en hacer feliz a su pareja, ésta jamás se sentirá así.
-Monotonía.
Todos buscamos actividades en la vida que nos lleven a explorar nuevos horizontes, y lo mismo debe de ocurrir en una relación. Cambiar tu actitud en el dormitorio puede ser una excelente opción, pero también lo tienes que hacer en el día a día.
-No respetar su tiempo libre.
Si eres de esas mujeres que odia que se vaya con sus amigos y no te vea en una tarde, te aconsejo ir cambiando paulatinamente esa postura, pues la pérdida de la libertad absoluta va en contra de la naturaleza del hombre.
-Celos enfermizos.
Es cierto, los celos son parte natural y casi inevitable de una relación de pareja, pero tener una pelea cada cinco minutos resulta demasiado agotador para ambas partes. Procura evitarlos. Es mejor reafirmar tu relación que estar a la defensiva, ¿no crees?.
-Poco sexo.
¡Qué mejor forma de unirte a la pareja que en la intimidad! No te estoy diciendo que tengas sexo a todas horas, sino que procures buscar a tu novio o esposo de manera más frecuente y que cuando se den esas oportunidades lo hagas con ese deseo incomparable.
-Imponer tus creencias.
Muchas veces asumimos que nuestra pareja debe actuar y pensar como nosotros, pero la realidad es que cada persona tiene su esencia y creencias propias. No intentes imponer las tuyas.
A través de la historia, se hacen evidentes las claras diferencias entre hombres y mujeres al enfrentar los conflictos de pareja. Al contrario de ellas, los hombres tenemos reacciones más intensas y nos toma más tiempo recuperarnos. Nos aterra nuestra propia reacción ante el conflicto, alejándonos lo más rápido del mismo como medio de defensa.
Lamentablemente, esta diferencia para manejar los problemas de pareja enfurecen a la mujer, pero aterran al hombre. A tal punto es el miedo, que nos quedamos emocionalmente petrificados, dejando que cualquier sentimiento que nos muestre vulnerables ante la mujer, se haga aire y no aparezcan jamás.
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